SEGUNDO
DÍA:
31
- AGOSTO
Oramos
por los Jóvenes
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ILUMINACIÓN
DEL ENCUENTRO
(Lc 1, 26-38). Al sexto mes el ángel Gabriel fue
enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen
que estaba comprometida en matrimonio con un hombre llamado José, de la familia
de David. La virgen se llamaba María.
Llegó el ángel hasta ella y le
dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.” María quedó muy
conmovida al oír estas palabras, y se preguntaba qué significaría tal saludo.
Pero el ángel le dijo: “No
temas, María, porque has encontrado el favor de Dios. Concebirás en tu seno y
darás a luz un hijo, al que pondrás el nombre de Jesús. Será grande y
justamente será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de su
antepasado David; gobernará por siempre al pueblo de Jacob y su reinado no
terminará jamás.”
María entonces dijo al ángel:
“¿Cómo puede ser eso, si yo soy virgen?” Contestó el ángel: “El Espíritu Santo
descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso
el niño santo que nacerá de ti será llamado Hijo de Dios. También tu parienta
Isabel está esperando un hijo en su vejez, y aunque no podía tener familia, se
encuentra ya en el sexto mes del embarazo. Para Dios, nada es imposible.”
Dijo María: “Yo soy la sierva
del Señor, hágase en mí tal como has dicho.” Después la dejó el ángel.
Palabra del
Señor. Respondemos: Gloria a Ti, Señor Jesús
Reflexión:
María fue una muchacha de su
tiempo. Llevó, sin duda, la vida normal de una joven israelita, en el seno de
una familia creyente, según los usos y costumbres de su época. Creció con las
ilusiones lógicas de su edad y compartió la esperanza de su pueblo en las
promesas de Dios.
María era todavía una jovencita
cuando Dios le propone la noble misión de ser la Madre del Salvador. Dios, de
esta manera, irrumpe en la vida de María cuando ella es joven, cuando apenas
empieza a abrirse al mundo, cuando su corazón está lleno de ilusiones, de
proyectos y de ideales grandes.
Y María se entrega generosamente
al plan de Dios. Le dice «Sí». Firma en blanco para el Dios sorprendente que le
va a llevar por caminos insospechados y nuevos.
María con su respuesta pone de
manifiesto una gran capacidad de fe, de confianza, de entrega y disponibilidad.
Pero también muestra su ESPIRITU JOVEN por aceptar el compromiso arriesgado,
por su apertura a lo nuevo y por su corazón grande.
OREMOS:
Virgen María, te pedimos que nos transformes en personas de bien, y que nuestra
vida sea un si incondicional a la voluntad de Dios. Tú serás la luz y guía de
esta familia que hoy te proclama madre. Bendice nuestro trabajo y comparte con
nosotros lo que Dios nos socorre. AMEN.
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REZO DE
LOS MISTERIOS DEL DÍA
Momento de Acción de Gracias
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ORACIÓN
FINAL:
Con un Rosario entre las manos y una dulce mirada
misericordiosa tu imagen, purísima, nos ha hecho hermanos, ¡OH VIRGEN DEL
VALLE!, Oh virgen gloriosa, patrona de los marineros y oriente venerada, por el
amor de estos, tus hijos, de mares y que siempre te rodean de perlas. Por eso,
te rogamos que siempre nos protejas. Guíanos madre purísima, por un mar
tranquilo de paz, devoción y amor hacia tu hijo Jesús.
AMEN.
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