sábado, 20 de octubre de 2018

Novena a San Juan Pablo II - Día 8: El Camino de Santidad - Plegaria y vida



OCTAVO DÍA
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo

1. Oración Inicial
2. Meditación del Día: El Camino de Santidad

Por primera vez la iglesia católica canoniza a dos papas -uno de ellos Juan Pablo II- de manera simultánea y en tiempo récord, luego de anunciar el acto de glorificación católica, en julio de 2013. Poco después que la comisión de cardenales de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su canonización, no transcurrió ni una semana para que el papa Francisco diera a los feligreses la noticia de la santificación.
Juan Pablo II (Karol Wojtyla), fue el papa número 264 de la Iglesia católica y la dirigió desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en abril de 2005. A 9 años de su partida el Vaticano le atribuye dos milagros.

La Cura de Marie Simon-Pierre: Esta monja francesa asegura que Juan Pablo II hizo que volviera a nacer, tras sanar el mal de Parkinson que padecía en 2005, cuando le rezó con fe al fallecido pontífice beato, quien también sufrió esta enfermedad. Luego de escuchar el relato de la religiosa, la Congregación para las Causas de los Santos estudió la curación de Simon-Pierre y determinó que fue obra de Juan Pablo II. La sanación se produjo dos meses después de la muerte del papa.

Por obra del papa: La cura de la costarricense Floribeth Mora, que padecía un aneurisma cerebral, se convirtió en el segundo milagro de Juan Pablo II, puesto que según los médicos su recuperación fue inexplicable. El 1 de mayo de 2011, día en que el pontífice polaco fue beatificado, Mora y su familia pidieron de corazón al papa que sanara su cabeza y disolviera el coágulo de sangre en su cerebro. El informe oficial de canonización, afirma que la mujer ingresó a un hospital con la enfermedad y luego de unos días el coágulo del cerebro se disolvió sin tratamiento alguno. "Por qué desapareció, pues yo nunca le he encontrado una explicación", dijo Mora.

Octavo día: Plegaria y vida (Familiaris Consortio 62)

No hay que olvidar nunca que la oración es parte constitutiva y esencial de la vida cristiana considerada en su integridad y profundidad. Más aún, pertenece a nuestra misma «humanidad» y es «la primera expresión de la verdad interior del hombre, la primera condición de la auténtica libertad del espíritu».

Por ello la plegaria no es una evasión que desvía del compromiso cotidiano, sino que constituye el empuje más fuerte para que la familia cristiana asuma y ponga en práctica plenamente sus responsabilidades como célula primera y fundamental de la sociedad humana. En ese sentido, la efectiva participación en la vida y misión de la Iglesia en el mundo es proporcional a la fidelidad e intensidad de la oración con la que la familia cristiana se una a la Vid fecunda, que es Cristo.

De la unión vital con Cristo, alimentada por la liturgia, de la ofrenda de sí mismo y de la oración deriva también la fecundidad de la familia cristiana en su servicio específico de promoción humana, que no puede menos de llevar a la transformación del mundo.

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