Mantener informada a la Comunidad Salesiana de las actividades desarrolladas en las Obras donde hacemos vida en San Félix Edo Bolívar, Centro de Capacitación Laboral Don Bosco, Casa Hogar Miguel Magone, Centro Juvenil Don Bosco, la Parroquia Don Bosco; incluyendo las actividades de las Capillas que la conforman y empezar a saborear los valores del Reino en y con nuestra feligresía en comunidad
miércoles, 31 de octubre de 2018
miércoles, 24 de octubre de 2018
domingo, 21 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 9: Juan Pablo II: "La libertad es el fundamento de la paz mundial"- ¡El futuro de la humanidad se fragua en la familia
NOVENO DÍA
1. Oración Inicial:
2. Meditación del Día: Juan Pablo II:
"La libertad es el fundamento de la paz mundial"
Juan
Pablo II invitó «a todos los hombres y mujeres de buena voluntad» para que
reflexionen sobre la situación del mundo y la gran causa de la paz en un
mensaje publicado ayer con ocasión de la 14ª Jornada Mundial de la Paz, el 1 de
enero de 1981.Este mensaje, titulado Para servir a la paz, respeto a la
libertad, está centrado sobre la libertad «a la vez raíz y fruto de la paz».
«La
paz debe realizarse con la verdad, construirse sobre lajusticia y se debe hacer
sobre la libertad», señala el Papa. Insiste, además, en el hecho de que hay
actualmente situaciones contrarias a este punto entre las naciones, en el
interior de las naciones y en el terreno social.
«La
libertad está dañada cuando las relaciones entre los pueblos se fundan en la
falta de respeto a la dignidad de cada cual, y en el derecho del más fuerte, en
la actitud de los bloques dominadores y en los imperialismos militares y
políticos», escribe el Pontífice. «La libertad está dañada cuando las pequeñas
naciones son obligadas a alinearse con las grandes para poder asegurarse su
derecho a la existencia o a su supervivencia. La libertad está dañada cuando el
diálogo como iguales entre las partes no es posible por razones de dominación
económica o financiera ejercida por naciones privilegiadas o fuertes».
El
Papa enumera también las situaciones en el interior de las naciones «donde el
bien común se confunde con los intereses de un único partido que se identifica
con el Estado», donde la seguridad nacional se erige en una norma única y
suprema en las relaciones entre4 autoridad y los ciudadanos. No se puede
ignorar, añade, «el problema de la represión sistemática o selectiva,
acompañada de asesinatos y torturas, desapariciones y exilios, de lo cual son
víctimas las personas, comprendidos los obispos, sacerdotes, religiosas y
laicos cristianos, comprometidos en el servicio al prójimo».
En
el terreno social, añade Juan Pablo II, la libertad se reduce para aquellos
hombres «a quienes no se garantiza un empleo honesto y remunerado». También se
reduce «en una sociedad que tiene como dogma el crecimiento material
indefinido, por la carrera hacia el futuro o la carrera de armamentos. La
crisis actual, que alcanza a todas las sociedades, puede provocar, si no se
confronta a postulados para un nuevo orden, un retroceso aún mayor del espacio
de libertad, de la que tiene necesidad la paz para emerger y florecer».
El
Papa añade que el analfabetismo constituye una especie de esclavitud diaria en
una sociedad que apoya la cultura.
Juan
Pablo II constata, sin embargo, esfuerzos importantes de algunos «Jefes de
Estado o de Gobierno, hombre políticos, funcionarios internacionales y
responsables civiles que se esfuerzan por hacer accesibles todas las libertades
solemnemente proclamadas».
Para
el Papa, la libertad del hombre encuentra su fundamento en su dignidad, dada por
Dios. «Ser libre», precisa, «es poder y querer elegir, es vivir según la propia
conciencia». Y afirma que la libertad religiosa es la base de otras libertades.
El Estado debe «no sólo reconocer las libertades fundamentales de las personas,
sino protegerlas y promoverlas». Añade, incluso, que «una sociedad construida
sobre una base puramente materialista niega al hombre su libertad cuando somete
las libertades individuales a la dominación económica».
Noveno día: ¡El futuro de la humanidad se
fragua en la familia! (Familiaris
Consortio
86)
Por
consiguiente es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se
esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia.
A
este respecto, siento el deber de pedir un empeño particular a los hijos de la
Iglesia. Ellos, que mediante la fe conocen plenamente el designio maravilloso
de Dios, tienen una razón de más para tomar con todo interés la realidad de la
familia en este tiempo de prueba y de gracia.
Deben
amar de manera particular a la familia. Se trata de una consigna concreta y
exigente.
Amar
a la familia significa saber estimar sus valores y posibilidades,
promoviéndolos siempre. Amar a la familia significa individuar los peligros y
males que la amenazan, para poder superarlos. Amar a la familia significa
esforzarse por crear un ambiente que favorezca su desarrollo. Finalmente, una
forma eminente de amor es dar a la familia cristiana de hoy, con frecuencia
tentada por el desánimo y angustiada por las dificultades crecientes, razones
de confianza en sí misma, en las propias riquezas de naturaleza y gracia, en la
misión que Dios le ha confiado: «Es necesario
que las familias de nuestro tiempo vuelvan a remontarse más alto. Es necesario
que sigan a Cristo».
sábado, 20 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 8: El Camino de Santidad - Plegaria y vida
OCTAVO
DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1. Oración Inicial
2. Meditación del Día: El Camino de
Santidad
Por
primera vez la iglesia católica canoniza a dos papas -uno de ellos Juan Pablo
II- de manera simultánea y en tiempo récord, luego de anunciar el acto de
glorificación católica, en julio de 2013. Poco después que la comisión de
cardenales de la Congregación para la Causa de los Santos del Vaticano aprobó
la atribución de un segundo milagro al beato Juan Pablo II, paso clave para su
canonización, no transcurrió ni una semana para que el papa Francisco diera a
los feligreses la noticia de la santificación.
Juan
Pablo II (Karol Wojtyla), fue el papa número 264 de la Iglesia católica y la
dirigió desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en abril de 2005. A 9
años de su partida el Vaticano le atribuye dos milagros.
La Cura de Marie Simon-Pierre: Esta
monja francesa asegura que Juan Pablo II hizo que volviera a nacer, tras sanar
el mal de Parkinson que padecía en 2005, cuando le rezó con fe al fallecido
pontífice beato, quien también sufrió esta enfermedad. Luego de escuchar el
relato de la religiosa, la Congregación para las Causas de los Santos estudió
la curación de Simon-Pierre y determinó que fue obra de Juan Pablo II. La
sanación se produjo dos meses después de la muerte del papa.
Por obra del papa: La
cura de la costarricense Floribeth Mora, que padecía un aneurisma cerebral, se
convirtió en el segundo milagro de Juan Pablo II, puesto que según los médicos
su recuperación fue inexplicable. El 1 de mayo de 2011, día en que el pontífice
polaco fue beatificado, Mora y su familia pidieron de corazón al papa que
sanara su cabeza y disolviera el coágulo de sangre en su cerebro. El informe
oficial de canonización, afirma que la mujer ingresó a un hospital con la
enfermedad y luego de unos días el coágulo del cerebro se disolvió sin
tratamiento alguno. "Por qué desapareció, pues yo nunca le he encontrado
una explicación", dijo Mora.
Octavo día: Plegaria y vida (Familiaris Consortio 62)
No
hay que olvidar nunca que la oración es parte constitutiva y esencial de la
vida cristiana considerada en su integridad y profundidad. Más aún, pertenece a
nuestra misma «humanidad» y es «la primera expresión de la verdad interior del
hombre, la primera condición de la auténtica libertad del espíritu».
Por
ello la plegaria no es una evasión que desvía del compromiso cotidiano, sino
que constituye el empuje más fuerte para que la familia cristiana asuma y ponga
en práctica plenamente sus responsabilidades como célula primera y fundamental
de la sociedad humana. En ese sentido, la efectiva participación en la vida y
misión de la Iglesia en el mundo es proporcional a la fidelidad e intensidad de
la oración con la que la familia cristiana se una a la Vid fecunda, que es
Cristo.
De
la unión vital con Cristo, alimentada por la liturgia, de la ofrenda de sí
mismo y de la oración deriva también la fecundidad de la familia cristiana en
su servicio específico de promoción humana, que no puede menos de llevar a la
transformación del mundo.
viernes, 19 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 7: San Juan Pablo II: EL HOMBRE DEL PERDÓN - El Sacramento de la conversión y reconciliación
SÉPTIMO
DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1. Oración Inicial
2. Meditación del Día: San Juan Pablo II:
EL HOMBRE DEL PERDÓN
Cuatro
días después de aquel fatídico 13 de mayo de 1981, cuando Juan Pablo II sufrió
el atentado que casi le cuesta la vida, quiso grabar un mensaje y rezar el
ángelus del domingo. No era prudente hacer ese esfuerzo físico, estaba
extremadamente débil. Todavía su vida se encontraba en riesgo, pero el Papa
insistió. El domingo 17 de mayo, los parlantes de la Plaza de San Pedro
transmitieron sus palabras de agradecimiento por las oraciones y también el
perdón a Mehemed Ali Agca, “el hermano que me ha herido y al que sinceramente
he perdonado.” Cuentan que uno de los amigos del Papa comentaría después: yo
hubiera preferido que este hermano hubiera entrado a la familia por otro
camino.
Una
vez recuperado, el Papa quiso visitar a su agresor en la cárcel. Aquellas fotos
de Juan Pablo II en la celda con Ali Agca dieron la vuelta al mundo. Una
lección del verdadero perdón cristiano. Más elocuente que el mejor sermón que
podamos oír sobre la reconciliación. Viendo esto, ¿cómo podemos negarnos los
cristianos a perdonar? De ese encuentro, solo nos hemos enterado de lo que el
Papa mismo ha dicho: “Le he hablado como se habla a un hermano que goza de mi
confianza, y al que he perdonado. Este encuentro para mí ha sido un estado de
gracia.” Juan Pablo II repitió su perdón a la madre del agresor, Muzeyyen Agca,
las tres veces que esta mujer de Anatolia estuvo en el Vaticano implorando la
ayuda del Papa para que su hijo salga en libertad.
Ahora
que la Iglesia canoniza a Juan Pablo II es un buen momento para que recordemos
la figura de este gran pontífice, ejemplo de hombre que sabe perdonar.
Justamente porque vivió entre nosotros profundamente unido a Dios podía estar
tan cerca de los hombres. Son abundantes los testimonios de su gran vida
interior. Era un gran contemplativo y al mismo tiempo un hombre práctico. Tanto
en el Vaticano como en los numerosos viajes que realizó alrededor del mundo,
cuando no se sabía dónde estaba, lo más probable era que estuviera acompañando
al Señor en la capilla. Así podemos entender su carisma, su alegría, su
capacidad de sacar lo mejor de nosotros mismos. Sin exageración alguna, podemos
decir que era, y lo sigue siendo en la Gloria, un experto en humanidad.
De
su unión con Dios obtenía Juan Pablo II la fuerza para darnos este testimonio
tan necesario en nuestro mundo plagado de conflictos y divisiones. Se le ha
calificado como un maestro de los gestos, de la escena. Y así fue. En la visita
que realizara a Ali Agca en la cárcel de Roma y en sus palabras de perdón,
encontramos mucho más que un gesto. Es toda una enseñanza práctica de lo que
hace la Caridad en el alma de quien es dócil a sus llamadas. Aprendamos de este
testimonio heroico de caridad y empecemos por acudir a su intercesión para que
todos nosotros nos sepamos reconocer como instrumentos eficaces de unidad y
reconciliación.
Con
motivo del Jubileo del año 2.000, el papa Juan Pablo II propuso la reacción de
un documento titulado: “Memoria y reconciliación la Iglesia y las culpas del
pasado” en donde la Iglesia pidiera perdón por los pecados de sus hijos
cometidos a lo largo de la historia.
Al
mismo tiempo pedía una purificación de la memoria que requiere «un acto de coraje y de humildad
en el reconocimiento de las deficiencias realizadas por cuantos han llevado y
llevan el nombre de cristianos». Juan Pablo II añadía: «Como sucesor de Pedro
pido que en este año de misericordia la Iglesia, fuerte por la santidad que
recibe de su Señor, se ponga de rodillas ante Dios e implore el perdón por los
pecados pasados y presentes de sus hijos» . Al reafirmar después que «los
cristianos están invitados a asumir, ante Dios y ante los hombres ofendidos por
sus comportamientos, las deficiencias por ellos cometidas», el Papa concluye:
«Lo hacemos sin pedir nada a cambio, fuertes sólo por el amor de Dios, que ha
sido derramado en nuestros corazones (Rom 5,5)»
Séptimo día: El Sacramento de la conversión
y reconciliación (Familiaris Consortio 58)
Parte
esencial y permanente del cometido de santificación de la familia cristiana es
la acogida de la llamada evangélica a la conversión, dirigida a todos los
cristianos que no siempre permanecen fieles a la «novedad» del bautismo que los
ha hecho «santos». Tampoco la familia es siempre coherente con la ley de la
gracia y de la santidad bautismal, proclamada nuevamente en el sacramento del matrimonio.
El
arrepentimiento y perdón mutuo dentro de la familia cristiana que tanta parte
tienen en la vida cotidiana, hallan su momento sacramental específico en la
Penitencia cristiana. Respecto de los cónyuges cristianos, así escribía Pablo
VI en la encíclica Humanae vitae: «Y si el pecado les sorprendiese todavía,
no se desanimen, sino que recurran con humilde perseverancia a la misericordia de Dios, que se concede en el
Sacramento de la Penitencia».
La
celebración de este sacramento adquiere un significado particular para la vida
familiar. En efecto, mientras mediante la fe descubren cómo el pecado
contradice no sólo la alianza con Dios, sino también la alianza de los cónyuges
y la comunión de la familia, los esposos y todos los miembros de la familia son
alentados al encuentro con Dios «rico en misericordia», el cual, infundiendo su
amor más fuerte que el pecado, reconstruye y perfecciona la alianza conyugal y
la comunión familiar.
jueves, 18 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 6: JUAN PABLO II CARTAS A LOS SACERDOTES - Matrimonio y Eucaristía
SEXTO DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1. Oración Inicial
2. Meditación del Día: JUAN PABLO II CARTAS
A LOS SACERDOTES
He
aqui el motivo del encuentro de hoy. Deseo que en esta circunstancia os llegue
una especial palabra mia, para que todos juntos podamos vivir plenamente el
gran don que Cristo nos ha dejado. En efecto, para nosotros presbiteros, el
Sacerdocio constituye el don supremo, una particular llamada para participar en
el misterio de Cristo, que nos confiere la inefable posibilidad de hablar y
actuar en su nombre. Cada vez que celebramos la Eucaristia, esta posibilidad se
hace realidad. Obramos "in persona Christi" cuando, en el momento de
la consagracion, pronunciamos las palabras: "Esto es mi cuerpo, que sera
entregado por vosotros... Este es el caliz
de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que sera derramada por
vosotros y por todos los hombres para el perdon de los pecados. Haced esto en
conmemoracion mia". Precisamente hacemos esto: con gran humildad y profunda
gratitud. Este acto sublime, y al mismo tiempo sencillo, de nuestra mision
cotidiana de sacerdotes extiende, se podria decir, nuestra humanidad hasta los
ultimos confines.
Participamos
en el misterio del Verbo "Primogénito de toda la creacion" (Col 1,15),
que en la Eucaristia restituye al Padre todo lo creado, el mundo del pasado y
el del futuro y, ante todo, el mundo contemporaneo, en el cual El vive junto a
nosotros, esta presente por nuestra mediacion y, precisamente por nuestra
mediacion, ofrece al Padre el sacrificio redentor. Participamos en el misterio
de Cristo, "el Primogénito de entre los muertos" (Col 1,18), que en
su Pascua transforma incesantemente el mundo haciéndolo progresar hacia
"la revelacion de los hijos de Dios" (Rm 8,19). Asi pues, la entera
realidad, en cualquiera de sus ambitos, se hace presente en nuestro ministerio
eucaristico, que se abre contemporaneamente a toda exigencia personal concreta,
a todo sufrimiento, esperanza, alegria o tristeza, segun las intenciones que
los fieles presentan para la Santa Misa. Nosotros recibimos estas intenciones
con espiritu de caridad, introduciendo asi todo problema humano en la dimension
de la redencion universal.
Queridos
Hermanos en el Sacerdocio, este ministerio nuestro forma una nueva vida en
nosotros y en torno a nosotros. La Eucaristia evangeliza los ambientes humanos
y nos consolida en la esperanza de que las palabras de Cristo no pasan (cfr. Lc
21,33). No pasan sus palabras, enraizadas como estan en el sacrificio de la
Cruz: de la perpetuidad de esta verdad y del amor divino, nosotros somos
testigos particulares y ministros privilegiados. Entonces podemos alegrarnos
juntos, si los hombres sienten la necesidad del nuevo Catecismo, si toman en
sus manos la Enciclica "Veritatis splendor". Todo esto nos confirma
en la conviccion de que nuestro ministerio del Evangelio se hace fructifero en
virtud de la Eucaristia. Por otra parte, durante la Ultima Cena, Cristo dijo a
los Apostoles: "No os llamo ya siervos...; a vosotros os he llamado amigos...
No me habéis elegido vosotros a mi, sino que yo os he elegido a vosotros, y os
he destinado para que vayais y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca"
(Jn 15,15-16).
¡Qué
inmensa riqueza de contenidos nos ofrece la Iglesia durante el Triduo Santo, y
especialmente hoy, Jueves Santo, en la liturgia crismal! Estas palabras mias
son solamente un reflejo parcial de la riqueza que cada uno de vosotros lleva
ciertamente en el corazon. Y quizas esta Carta para el Jueves Santo servira
para hacer que las multiples manifestaciones del don de Cristo, esparcidas en
el corazon de tantos, confluyan ante la majestad del "gran misterio de la
fe" en una significativa condivision de lo que el Sacerdocio es y para
siempre permanecera en la Iglesia. Que nuestra unión en torno al altar pueda
incluir a cuantos llevan en si el signo indeleble de este Sacramento,
recordando también a aquellos hermanos nuestros que, de alguna manera, se han
alejado del sagrado ministerio. Confio que este recuerdo conduzca a cada uno de
nosotros a vivir aun mas profundamente la sublimidad del don constituido por el
Sacerdocio de Cristo.
Hoy
deseo entregaros idealmente, queridos Hermanos, la Carta que he dirigido a las
Familias en el Ano dedicado a ellas. Considero una circunstancia providencial
que la Organización de las Naciones Unidas haya proclamado el 1994 como Año
Internacional de la Familia. La Iglesia, fijando la mirada en el misterio de la
Sagrada Familia de Nazaret, participa en tal iniciativa, casi encontrando en
ella una ocasión propicia para anunciar el "evangelio de la familia".
Cristo lo ha proclamado con su vida escondida en Nazaret en el seno de la
Sagrada Familia. Este evangelio ha sido anunciado después por la Iglesia
apostolica, como es bien evidente en las Cartas de los apostoles, y más tarde
ha sido testimoniado por la Iglesia postapostolica, de la cual hemos heredado
la costumbre de considerar a la familia como "ecclesia domestica".
Sexto día: Matrimonio y Eucaristía (Familiaris Consortio 57)
El
deber de santificación de la familia cristiana tiene su primera raíz en el
bautismo y su expresión máxima en la Eucaristía, a la que está íntimamente
unido el matrimonio cristiano. El Concilio Vaticano II ha querido poner de
relieve la especial relación existente entre la Eucaristía y el matrimonio,
pidiendo que habitualmente éste se celebre «dentro de la Misa». Volver a
encontrar y profundizar tal relación es del todo necesario, si se quiere
comprender y vivir con mayor intensidad la gracia y las responsabilidades del
matrimonio y de la familia cristiana.
La
Eucaristía es la fuente misma del matrimonio cristiano. En efecto, el
sacrificio eucarístico representa la alianza de amor de Cristo con la Iglesia,
en cuanto sellada con la sangre de la cruz. Y en este sacrificio de la Nueva y
Eterna Alianza los cónyuges cristianos encuentran la raíz de la que brota, que
configura interiormente y vivifica desde dentro, su alianza conyugal. En cuanto
representación del sacrificio de amor de Cristo por su Iglesia, la Eucaristía
es manantial de caridad. Y en el don eucarístico de la caridad
la familia cristiana halla el fundamento y el alma de su «comunión» y de su «misión», ya que el Pan eucarístico hace de los
diversos miembros de la comunidad familiar un único cuerpo, revelación y
participación de la más amplia unidad de la Iglesia; además, la participación
en el Cuerpo «entregado» y en la Sangre «derramada» de Cristo se hace fuente
inagotable del dinamismo misionero y apostólico de la familia cristiana.
miércoles, 17 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 5: DE LA FAMILIA NACE LA PAZ DE LA FAMILIA HUMANA - La familia, célula primera y vital de la sociedad
QUINTO DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1. Oración Inicial:
2. Meditación del Día: Mensaje de su
Santidad Juan Pablo II para la celebración de la XXVII Jornada Mundial de la
Paz - 1 de enero de 1994 - De La Familia Nace La Paz De La Familia Humana
1.
El mundo anhela la paz, tiene urgente necesidad de paz. Y sin embargo, guerras,
conflictos, violencia en aumento, situaciones de inestabilidad social y de
pobreza endémica continúan cosechando víctimas inocentes y generando divisiones
entre los individuos y los pueblos. ¡La paz parece, a veces, una meta
verdaderamente inalcanzable! En un clima gélido a causa de la indiferencia y
envenenado a veces por el odio, ¿cómo esperar que venga una era de paz, que
sólo los sentimientos de solidaridad y amor pueden hacer posible?
No
obstante, no debemos resignarnos. Sabemos que, a pesar de todo, la paz es
posible porque está inscrita en el proyecto divino originario.
Dios
quiere que la humanidad viva en armonía y paz, cuyo fundamento está en la
naturaleza misma del ser humano, creado "a su imagen". Esta imagen
divina se realiza no solamente en el individuo, sino también en aquella
singular comunión de personas que se establece entre un hombre y una mujer,
unidos hasta tal punto en el amor, que vienen a ser "una sola carne"
(Gén 2,24). En efecto, está escrito: "A imagen de Dios le creó, macho y
hembra los creó" (Ibíd. 1,27). A esta específica comunidad de personas el
Señor ha confiado la misión de dar la vida y cuidarla, formando una familia y
contribuyendo así de modo decisivo a la tarea de administrar la creación y de
proveer al futuro mismo de la humanidad.
La
armonía inicial fue rota por el pecado, pero el plan originario de Dios
continúa vigente. La familia sigue siendo, por ello, el verdadero fundamento de
la sociedad (Gaudium et spes, 52) y constituye —como se afirma en la
Declaración Universal de los Derechos del Hombre— "el núcleo natural y
fundamental"(Artículo 16, 3).
La
contribución que ella puede ofrecer también para la salvaguardia y promoción de
la paz es de tal manera determinante, que deseo aprovechar la ocasión que me
ofrece el Año Internacional de la Familia para dedicar este Mensaje, en la
Jornada Mundial de la Paz, a reflexionar sobre la estrecha relación que existe
entre la familia y la paz. Hago votos para que dicho Año constituya para
cuantos desean contribuir a la búsqueda de la verdadera paz —Iglesias,
Organismos religiosos, Asociaciones, Gobiernos, Instancias internacionales— una
ocasión propicia para estudiar juntos cómo ayudar a la familia a fin de que
realice en plenitud su función insustituible de constructora de paz.
·
La familia:
comunidad de vida y de amor.
·
La familia:
víctima de la ausencia de paz
·
La familia:
protagonista de la paz.
·
La familia al
servicio de la paz.
Familia,
¡vive de manera concorde y plena tu misión!
Y,
finalmente, ¿cómo olvidar a tantas personas que, por varios motivos, se sienten
sin familia? A ellas quiero decir que tienen también una familia: La Iglesia es
casa y familia para todos (Cf. Familiaris consortio, 85). La misma Iglesia abre
de par en par las puertas y acoge a cuantos están solos o abandonados; en ellos
ve a los hijos predilectos de Dios, cualquiera que sea su edad, cualesquiera
que sean sus aspiraciones, dificultades y esperanzas.
¡Que
la familia pueda vivir en paz, de tal manera que de ella brote la paz para toda
la familia humana!
Esta
es la súplica que por intercesión de María, Madre de Cristo y de la Iglesia,
elevo a Aquel "de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la
tierra" (Ef 3,15), en el alba del Año Internacional del Familia.
Quinto día: La familia, célula primera y
vital de la sociedad (Familiaris
Consortio 42).
«El
Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de
la sociedad humana»; la familia es por ello la «célula primera y vital de la
sociedad». La familia posee vínculos vitales y orgánicos con la sociedad,
porque constituye su fundamento y alimento continuo mediante su función de
servicio a la vida. En efecto, de la familia nacen los ciudadanos, y éstos
encuentran en ella la primera escuela de esas virtudes sociales, que son el
alma de la vida y del desarrollo de la sociedad misma.
Así
la familia, en virtud de su naturaleza y vocación, lejos de encerrarse en sí
misma, se abre a las demás familias y a la sociedad, asumiendo su función social.
martes, 16 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 4: El Atentado a Juan Pablo II - ¡Familia, sé lo que eres!
CUARTO
DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1.
Oración Inicial
2.
Meditación del Día - El Atentado a Juan Pablo II: El
13 de mayo de 1981, el papa Juan Pablo II, entonces de 61 años, sufrió
un intento de asesinato a manos del turco Mehmet Ali Agca, de la red terrorista Los
lobos grises.
El
ataque ocurrió cuando el sumo pontífice celebraba la audiencia general de los
miércoles en la Plaza de San Pedro, en Roma; coincidentemente, también se
celebraba el día de la primera aparición de la Virgen de Fátima.
Luego
de haber recibido dos balazos, Juan Pablo II fue asistido por su secretario
personal, monseñor Stanislaw Dziwisz, quien lo tomó en sus brazos y lo trasladó
al policlínico Agostino Gemelli, en Roma.
Cuando
iba camino al hospital, el Pontífice le suplicó a la Virgen María que le
salvara la vida.El 18 de mayo de 1981, Juan Pablo II perdonó públicamente al
terrorista turco que trató de asesinarlo y oró por las dos turistas
norteamericanas heridas en el atentado en la Plaza de San Pedro el 13 de mayo
de aquel año.
El
mensaje del Papa, grabado en su habitación del hospital Gemelli de Roma, fue
transmitido por la radio del Vaticano.El papa dijo: “Ruego por ese hermano
nuestro que disparó contra mí y al que sinceramente he perdonado”.
El
3 de junio de 1981 Juan Pablo II fue dado de alta el del hospital Gemelli,
donde pacientes y personal del
hospital lo despidieron ruidosamente.
Salió
caminando y sonriendo y luego abordó un automóvil que lo trasladó al Vaticano, donde lo
esperaban un grupo de religiosos y
miembros del personal.
Durante
el recibimiento, el Papa agradeció a todos por sus plegarias, y enfatizó: “A ti
María, te vuelvo a decir Totus Tuus, Soy todo tuyo”.
Con
este mensaje, que también formó parte de su escudo papal, reforzó su profundo
amor por la madre de Cristo, a quien tuvo siempre como una maestra y guía.
El
27 de diciembre de 1983 Juan Pablo II se reunió en la prisión de Rebibbia con
Mehmet Ali Agca, con motivo de la
Navidad.
El
terrorista turco y el Papa se sentaron en un rincón de la celda, donde el turco
besó el anillo al Papa, quien le reiteró
el perdón a Agca.
El
16 de mayo de 2000, Juan Pablo II intervino personalmente con las autoridades
italianas para lograr la liberación del turco que intentó asesinarlo en 1981.
El
Sumo Pontífice le escribió al presidente italiano Carlo Azeglio Ciampi, a quien
le pidió “un gesto de clemencia” para Mehmet Alí Agca, quien estaba condenado a
cadena perpetua.
El
14 de enero de 2006 Mehmet Ali Agca quedó en libertad tras pasar un cuarto de siglo en distintos
presidios de Italia y Turquía por ese magnicidio fallido y otros delitos.
Cuarto día: ¡Familia, sé lo que eres! (Familiaris Consortio 17).
En
el designio de Dios Creador y Redentor la familia descubre no sólo su
«identidad», lo que «es», sino también su «misión», lo que puede y debe
«hacer». El cometido, que ella por vocación de Dios está llamada a desempeñar
en la historia, brota de su mismo ser y representa su desarrollo dinámico y
existencial. Toda familia descubre y encuentra en sí misma la llamada
imborrable, que define a la vez su dignidad y su responsabilidad: familia,
¡«sé» lo que «eres»!
Remontarse
al «principio» del gesto creador de Dios es una necesidad para la familia, si
quiere conocerse y realizarse según la verdad interior no sólo de su ser, sino
también de su actuación histórica. Y dado que, según el designio divino, está
constituida como «íntima comunidad de vida y de amor», la familia tiene la
misión de ser cada vez más lo que es, es decir, comunidad de vida y amor, en
una tensión que, al igual que para toda realidad creada y redimida, hallará su
cumplimiento en el Reino de Dios. En una perspectiva que además llega a las
raíces mismas de la realidad, hay que decir que la esencia y el cometido de la
familia son definidos en última instancia por el amor. Por esto la familia
recibe la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo vivo y
participación real del amor de Dios por la humanidad y del amor de Cristo Señor
por la Iglesia su esposa.
Todo
cometido particular de la familia es la expresión y la actuación concreta de
tal misión fundamental. Es necesario por tanto penetrar más a fondo en la
singular riqueza de la misión de la familia y sondear sus múltiples y unitarios
contenidos.
lunes, 15 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 3: Los Escritos de Juan Pablo II Los hijos, don preciosísimo del matrimonio
TERCER DÍA
En
el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
1. Oración
Inicial
2. Meditación del
día: Los Escritos de Juan Pablo II:
Durante
el Pontificado de Juan Pablo II, La Familia fue uno de los temas en las que más
profundizó. Juan Pablo II muchas veces utilizó la expresión de La familia como
Ecclesiola, iglesia doméstica lo que demuestra la importancia del sacramento
del matrimonio, que identifica la unión de la pareja con la de Cristo con la
Iglesia; y la grandeza de la familia, que se deriva de este sacramento.
1.
Familiaris
Consortio Exhortación apostólica sobre la misión de la familia en el mundo
actual.
2.
Encíclica
Evangelium Vitae Encíclica de Juan Pablo II, 1995, se refiere a la bioética, a
la cultura de la muerte, así como a temas específicos algunos de ellos: aborto,
eutanasia, anticoncepción y sexualidad
3.
Mulieris
Dignitatem Carta Apostólica sobre la dignidad y la vocación de la mujer, en
ocasión del año Mariano
4.
Teología del
Cuerpo Visión de Juan Pablo II sobre el amor humano
5.
Carta a las
familias Escrita con motivo del Año Internacional de las Familias 1994
6.
Dilecti amici
Carta apostólica a los jóvenes y las jóvenes del mundo en ocasión del año
internacional de la juventud
7.
Carta de Juan
Pablo II a los ancianos Juan Pablo II se dirigió a los ancianos y a todos los
cristianos para reivindicar la valoración y dignidad de las personas mayores
como testigos de una época y depositarios de la memoria colectiva
8.
Carta de Juan
Pablo II a los niños Con motivo de la Navidad, el Papa Juan Pablo II, escribe
una carta a los niños de todo el mundo
9.
La santidad del
matrimonio Homilía en la misa en la catedral de San Sebastián, 04/10/1997.
10. Compromiso
por la promoción de la familia, Catequesis en las audiencias generales de los
miércoles, 01/12/1999
11. Juan
Pablo II, pensamientos sobre la familia
Tercer día: Los hijos, don preciosísimo del
matrimonio (Familiaris Consortio 14)
Según
el designio de Dios, el matrimonio es el fundamento de la comunidad más amplia
de la familia, ya que la institución misma del matrimonio y el amor conyugal
están ordenados a la procreación y educación de la prole, en la que encuentran
su coronación.
En
su realidad más profunda, el amor es esencialmente don y el amor conyugal, a la
vez que conduce a los esposos al recíproco «conocimiento» que les hace «una
sola carne», no se agota dentro de la pareja, ya
que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se
convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona
humana. De este modo los cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá
de sí mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo
permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y de
la madre.
Al
hacerse padres, los esposos reciben de Dios el don de una nueva
responsabilidad. Su amor paterno está llamado a ser para los hijos el signo
visible del mismo amor de Dios, «del que proviene toda paternidad en el cielo y
en la tierra».
Sin
embargo, no se debe olvidar que incluso cuando la procreación no es posible, no
por esto pierde su valor la vida conyugal. La esterilidad física, en efecto,
puede dar ocasión a los esposos para otros servicios importantes a la vida de
la persona humana, como por ejemplo la adopción, la diversas formas de obras
educativas, la ayuda a otras familias, a los niños pobres o minusválidos.
domingo, 14 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - Día 2: Los viajes de Juan Pablo II - Matrimonio y comunión entre Dios y los hombres
SEGUNDO
DÍA
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo…
1.
Oración Inicial
2.
Meditación del Día: Los viajes de Juan Pablo II: Desde su llegada al pontificado
en octubre de 1978, Juan Pablo II efectuó 104 viajes fuera de Italia, en los
cuales visitó más de 129 países. Entre los países a los cuales nunca pudo
viajar figuran China y Rusia.
El
pontificado de Juan Pablo II se caracterizó por sus numerosos e históricos
viajes, realizados en todos los continentes, incluso a países en donde los
católicos eran tan sólo una minoría. Aprovechando los modernos medios de
transporte a disposición, Juan Pablo II quiso, hasta al final de su vida,
desplazarse por todo el mundo ya que "cada viaje del Papa es una auténtica
peregrinación al pueblo de Dios", como declaró al inicio de su
pontificado. El Papa viaja "para anunciar el Evangelio, para confirmar la
fe de sus hermanos, para consolar a la Iglesia y para encontrarse con el hombre",
dijo.
El
26 de enero pero de 1985, el Papa Juan
Pablo II llegó por primera vez a Venezuela, una visita que marcó
históricamente los corazones de los venezolanos. Juan Pablo II vino
personalmente a invitar a los hijos de esta tierra a abrir las puertas del
corazón al Señor.
“Hacía tiempo que deseaba venir a veros,
queridos hermanos y hermanas de Venezuela. (…) Vengo a la tierra de Simón
Bolívar, cuyo anhelo fue construir en este continente una gran nación. Me trae
un objetivo bien preciso: tratar de consolidar aquella primera siembra
evangélica que se operó en las playas de Cumaná y que halló pronta expresión
visible en la primera diócesis, la de Coro, declarada ciudad pontificia por uno
de mis predecesores”. Fue el primer mensaje que el Sumo Pontífice pronunció.
El
Papa arribó a Venezuela en un vuelo procedente de Roma, a las 4:00 pm,
aterrizando en el aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, al
descender besó suelo venezolano y fue recibido por el presidente de la
República el Doctor Jaime Lusinchi y miembros de la Conferencia Episcopal
Venezolana. Este era el 25° viaje Apostólico y el sexto a tierra
latinoamericana. Durante su visita pastoral por Venezuela que duro 3 días, el
Papa estuvo en Caracas, Maracaibo, Mérida y Ciudad Guyana.
El
día de su llegada el Palacio de Miraflores y la Nunciatura Apostólica fueron
los primeros lugares de la agenda de Juan Pablo II, allí se reunió con los
integrantes del Gobierno del momento y los representantes de la iglesia
venezolana, respectivamente.
El
27 de enero, a las 9:45 am, el Papa celebró un multitudinaria Eucaristía en la
explanada de Montalbán, en Caracas, dedicando su homilía a la familia
venezolana, en la que condenó el divorcio y el aborto. “No rompan lo que Dios
ha unido, respeten la vida, que es un espléndido don de Dios…” expresó. Después
de la comunión consagra Venezuela a la Virgen de Coromoto, “A ti, Madre
Santísima, que has sido protectora de la fe del pueblo venezolana, te confío
hoy la fe del pueblo venezolano” En su honor, los terrenos de esa zona fueron
bautizados con el nombre del Pontífice.
Ese
mismo día viajó a Maracaibo, El 28 de enero se traslada desde Maracaibo a
Mérida. Luego de su paso a por los Andes venezolanos retorna a Caracas para
reunirse en el Teatro Teresa Carreño con Sacerdotes, religiosos (as) y
seminaristas. Más tarde a las 6:00 de la tarde en la Catedral de Caracas se
reúne con laicos y responsables de la Misión Nacional. La noche culmina con un
gran encuentro en el Estadio Olímpico de la UCV ante más de 40 mil jóvenes que
acudieron para oír su voz. El 29 de enero, último día de su visita en el país, el hoy San Juan Pablo II celebró una
emotiva Eucaristía en Ciudad Guayana, en la explanada de Alta Vista, allí
se vivieron momentos especiales al quedar el Papa cautivado con la voz del niño
Adrián Guacarán, quien le dedicó la canción “El peregrino” al “Papa amigo”.
Posteriormente almuerza con los obreros de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor).
Regresa
a Caracas donde fue despedido por el presidente de la República, Doctor Jaime
Lusinchi, por las autoridades militares y eclesiásticas del país, se dirige al
país y a los presentes antes de abordar el avión expresando “Venezolano,
renueva tu fe y llévala a tu vida personal, a la familia, al empeño por la
justicia, a la solidaridad con el pobre y con quien sufre”.
A
las 4:00 pm alza vuelo el avión que conduce a su Santidad con Destino a Quito
para continuar su Viaje Apostólico.
Segundo día: Matrimonio: comunión entre
Dios y los hombres
La
comunión de amor entre Dios y los hombres, contenido fundamental de la
Revelación y de la experiencia de fe de Israel, encuentra una significativa
expresión en la alianza esponsal que se establece entre el hombre y la mujer. Por
esta razón, la palabra central de la Revelación, «Dios ama a su pueblo», es
pronunciada a través de las palabras vivas y concretas con que el hombre y la
mujer se declaran su amor conyugal.
“Su
vínculo de amor se convierte en imagen y símbolo de la Alianza que une a Dios
con su pueblo. El mismo pecado que puede atentar contra el pacto conyugal se
convierte en imagen de la infidelidad del pueblo a su Dios: la idolatría es
prostitución, la infidelidad es adulterio, la desobediencia a la ley es
abandono del amor esponsal del Señor. Pero la infidelidad de Israel no destruye
la fidelidad eterna del Señor y por tanto el amor siempre fiel de Dios se pone
como ejemplo de las relaciones de amor fiel que deben existir entre los
esposos.
sábado, 13 de octubre de 2018
Novena a San Juan Pablo II - 1er día: Biografía de Juan Pablo II - Luces y sombras de la familia en la actualidad
PRIMER
DÍA
En el nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo…
1.
Oración Inicial
2.
Meditación del Día - Biografía de Juan Pablo II: Karol Józef Wojtyla, conocido
como Juan Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en
Wadowice, una pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era
el segundo de los dos hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre
falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre
(suboficial del ejército) en 1941.
A los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la
Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin
Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de
Cracovia y en una escuela de teatro.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi cerraron la Universidad, en 1939, el
joven Karol tuvo que trabajar en una cantera y luego en una fábrica química
(Solvay), para ganarse la vida y evitar la deportación a Alemania.
A partir de 1942, al sentir la vocación al sacerdocio, siguió las clases
de formación del seminario clandestino de Cracovia, dirigido por el Arzobispo
de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha. Al mismo tiempo, fue uno de los
promotores del "Teatro Rapsódico", también clandestino.
Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el seminario
mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología de la
Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1 de
noviembre de 1946.
Seguidamente, fue enviado por el Cardenal Sapieha a Roma, donde, bajo la
dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en
teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la
Cruz. En aquel período aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio
pastoral entre los emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda.
En 1948 volvió a Polonia, y fue vicario en diversas parroquias de
Cracovia y capellán de los universitarios hasta 1951, cuando reanudó sus
estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó en la Universidad Católica
de Lublin una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una
ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler". Después
pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el seminario mayor de
Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío XII Obispo Auxiliar de
Cracovia. Recibió la ordenación episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la
catedral del Wawel (Cracovia), de manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak.
El 13 de enero de 1964 fue nombrado Arzobispo de Cracovia por Pablo VI,
quien le hizo cardenal el 26 de junio de 1967.
Además
de participar en el Concilio Vaticano II (1962-65), con una contribución
importante en la elaboración de la constitución Gaudium et spes, el Cardenal
Wojtyla tomó parte en todas las asambleas del Sínodo de los Obispos.
Desde el comienzo de su pontificado, el 16 de octubre de 1978, el Papa
Juan Pablo II ha realizado 104 viajes pastorales fuera de Italia, y 146 por el
interior de este país. Además, como Obispo de Roma ha visitado 317 de las 333
parroquias romanas.
Entre sus documentos principales se incluyen: 14 Encíclicas, 15
Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas
apostólicas. El Papa también ha publicado cinco libros: "Cruzando el
umbral de la esperanza" (octubre de 1994); "Don y misterio: en el
quincuagésimo aniversario de mi ordenación sacerdotal" (noviembre de
1996); "Tríptico romano - Meditaciones", libro de poesías (Marzo de
2003); “¡Levantaos! ¡Vamos!” (mayo de 2004) y “Memoria y identidad” (su
publicación está prevista para la primavera de 2005).
Juan Pablo II ha presidido 147 ceremonias de beatificación -en las que ha
proclamado 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Ha
celebrado 9 consistorios, durante los cuales ha creado 231 (+ 1 in pectore)
Cardenales. También ha presidido 6 asambleas plenarias del Colegio
Cardenalicio.
Desde 1978 hasta hoy, el Santo Padre ha presidido 15 Asambleas del Sínodo
de los Obispos: 6 ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994, 2001), 1 general
extraordinaria (1985), y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 [2] y
1999).
Ningún otro Papa se ha encontrado con tantas personas como Juan Pablo II:
en cifras, más de 17.600.100 peregrinos han participado en las más de 1160
Audiencias Generales que se celebran los miércoles. Ese numero no incluye las
otras audiencias especiales y las ceremonias religiosas [más de 8 millones de
peregrinos durante el Gran Jubileo del año 2000] y los millones de fieles que
el Papa ha encontrado durante las visitas pastorales efectuadas en Italia y en
el resto del mundo. Hay que recordar también las numerosas personalidades de
gobierno con las que se ha entrevistado durante las 38 visitas oficiales y las
738 audiencias o encuentros con jefes de Estado y 246 audiencias y encuentros
con Primeros Ministros.
Primer día: Luces y sombras de la familia
en la actualidad (Familiaris Consortio 9)
A
la injusticia originada por el pecado —que ha penetrado profundamente también
en las estructuras del mundo de hoy— y que con frecuencia pone obstáculos a la
familia en la plena realización de sí misma y de sus derechos fundamentales,
debemos oponernos todos con una conversión de la mente y del corazón, siguiendo
a Cristo Crucificado en la renuncia al propio egoísmo: semejante conversión no
podrá dejar de ejercer una influencia beneficiosa y renovadora incluso en las
estructuras de la sociedad.
Se
pide una conversión continua, permanente, que, aunque exija el alejamiento
interior de todo mal y la adhesión al bien en su plenitud, se actúa sin embargo
concretamente con pasos que conducen cada vez más lejos. Se desarrolla así un
proceso dinámico, que avanza gradualmente con la progresiva integración de los
dones de Dios y de las exigencias de su amor definitivo y absoluto en toda la
vida personal y social del hombre. Por esto es necesario un camino pedagógico
de crecimiento con el fin de que los fieles, las familias y los pueblos, es
más, la misma civilización, partiendo de lo que han recibido ya del misterio de Cristo, sean conducidos
pacientemente más allá hasta llegar a un conocimiento más rico y a una
integración más plena de este misterio en su
vida.
Novena a San Juan Pablo II - Oraciones para todos los días
AL INICIAR:
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II POR LA FAMILIA
Oh Dios, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la
tierra, Padre, que eres Amor y Vida, haz que en cada familia humana sobre la
tierra se convierta, por medio de tu Hijo, Jesucristo, "nacido de
Mujer", y del Espíritu Santo, fuente de caridad divina, en verdadero
santuario de la vida y del amor para las generaciones porque siempre se
renuevan.
Haz que tu gracia guíe a los pensamientos y las obras de los
esposos hacia el bien de sus familias y de todas las familias del mundo.
Haz que las jóvenes generaciones encuentren en la familia un
fuerte apoyo para su humanidad y su crecimiento en la verdad y en el amor.
Haz que el amor, corroborado por la gracia del sacramento del
matrimonio, se demuestre más fuerte que cualquier debilidad y cualquier crisis,
por las que a veces pasan nuestras familias.
Haz finalmente, te lo pedimos por intercesión de la Sagrada
Familia de Nazaret, que la Iglesia en todas las naciones de la tierra pueda
cumplir fructíferamente su misión en la familia y por medio de la familia. Tú,
que eres la Vida, la Verdad y El Amor, en la unidad del Hijo y del Espíritu
santo. Amén.
CORONILLA DE LA DIVINA MISERICORDIA
Se utiliza un rosario común de cinco decenas.
1. Comenzar con un Padre Nuestro, Avemaría, y Credo.
2. Al comenzar cada decena (cuentas grandes del Padre Nuestro)
decir:
"Padre
Eterno, te ofrezco el Cuerpo,
la
Sangre, el Alma y la Divinidad
de Tu
Amadísimo Hijo,
Nuestro
Señor Jesucristo,
para
el perdón de nuestros
pecados
y los del mundo entero."
3. En las cuentas pequeñas del Ave María:
"Por Su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero."
4. Al finalizar las cinco decenas de la coronilla se repite tres
veces:
"Santo Dios, Santo Fuerte,
Santo Inmortal, ten piedad de
nosotros y del mundo entero."
ORACIÓN FINAL:
ORACIÓN A SAN JUAN PABLO
II
¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu
bendición!
Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado,
animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús
a todos y a todos a Jesús.
Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles
volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina
los caminos de la vida en la tierra.
Bendice las familias, ¡bendice cada familia!
Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e
indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan
Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia.
Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras
e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.
Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos
junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén.
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