Canto de
entrada: Dame un nuevo Corazón
Lectura
Bíblica. San Juan 4, 10-14
Jesús le dijo: “Si conocieras el don de Dios, si
supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él
te la daría.”
Ella le dijo: “Señor, no tienes con qué sacar agua
y el pozo es profundo. ¿Dónde vas a conseguir esa agua viva? Nuestro antepasado
Jacob nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus animales; ¿eres
acaso más grande que él?”
Jesús le dijo: “El que beba de esta agua volverá a
tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed.
El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida
eterna.”Palabra del Señor
Tema del
día: Don Costamagna, pbro.; nos ha dejado muy claro lo esencial que es la
devoción al Sagrado Corazón en nuestra vocación salesiana. Y, para concluir
leeremos algunos fragmentos de la última parte de Texto de la Conferencia
pronunciada por el Doctor Ramón Alberdi, SDB,
en la Balmesiana el 13 de noviembre de
2002, con motivo de las Jornadas del Centenario de la Primera Piedra del
Templo del Tibidabo:
(…) hemos podido constatar el modo que tenía Don
Bosco de enfocar y practicar la devoción al Corazón de Jesús (…) El Corazón de
Jesús de don Bosco es el Corazón del Buen Pastor, quien deja en seguro las 99
ovejas, y marcha en busca de la perdida. Y así, en Roma, junto a la iglesia del
Sagrado Corazón de Jesús, debía haber unas escuelas para los niños de la barriada,
y, un internado para los huérfanos, y una casa para
los muchachos de la parroquia, y, más tarde, una librería de propaganda
católica. Y, en el Tibidabo, a ser posible no debía faltar un seminario
para la formación de los futuros
misioneros.
Es decir, en la devoción que practicaba San Juan
Bosco hacia el Corazón de Jesús se unen espíritu y obras, mística y misión,
contemplación y acción, muerte y vida. “Yo soy el buen pastor. El pastor bueno
se desprende de su vida por las ovejas... Tengo otras ovejas que no son de este
recinto; también a éstas tengo que conducirlas… Por eso me ama mi Padre, porque
yo me desprendo de mi vida. Nadie me la quita, la doy yo voluntariamente” (Jn
10, 11-18).
Y podemos añadir que la devoción al Corazón de
Jesús, como salesianos y salesianas, nos debe llevar, de manera límpida, fresca
y suave, a la vivencia del Sistema Preventivo, donde la caridad lo supera todo,
porque es una caridad que nace de la fuente del amor puro: el Corazón Sagrado
de Jesucristo.
Nos dicen de Dios que “ve con ojos de
misericordia”, que tiene un corazón como el nuestro. ¿Qué tiene eso que ver con
la misericordia? Hija del latín, es la unión de miser (viene a significar
desdicha) y cordis (corazón), y traduce la imagen del corazón cercano al
sufrimiento, a la debilidad. Proyecta la capacidad para poner el corazón en
medio de la desgracia ajena. Esto es mirar el sufrimiento cara a cara, con el
centro donde guardamos lo que amamos, lo que nos cautiva. Entregarse por
alguien; sostener al que llora; vivir con gratuidad; perdonar; comprometerse,
construir... son formas de poner el corazón en juego, de practicar
misericordia, de AMAR.
La cita anterior, como hemos visto, refleja la
devoción de Don Bosco al Sagrado Corazón de Jesús, y a la cual cada una y cada
uno de nosotros estamos llamados a vivir en nuestros propios contextos, ser
expresión de este amor misericordioso. Vayamos entonces, como Luis Colle, al
POZO sagrado, y saquemos sus inagotables tesoros de gracia y de misericordia
para “dar vida y vida en abundancia”.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.
Las Doce
Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa
Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes
promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su
estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la
hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus
empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano
de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en
la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta
y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación
de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de
aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi
Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve
Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán
en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su
refugio en aquél último momento.
Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor
está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
ORACIÓN
FINAL:
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos
nuestra cruz
de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
junto con tu
sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada
Amén
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