Canto de
entrada: Dame un nuevo Corazón
Lectura
Bíblica. San Juan 19, 31-34
Como era el día de la Preparación de la Pascua, los
judíos no querían que los cuerpos quedaran en la cruz durante el sábado, pues
aquel sábado era un día muy solemne. Pidieron a Pilato que hiciera quebrar las
piernas a los crucificados y retiraran los cuerpos. Fueron, pues, los soldados
y quebraron las piernas de los dos que habían sido crucificados con Jesús. Pero
al llegar a Jesús vieron que ya estaba muerto, y no le quebraron las piernas,
sino que uno de los soldados le abrió el costado con la lanza, y al instante
salió sangre y agua.
Palabra del
Señor
Tema del
día: De manera muy sencilla explica a pequeños y mayores el significado de
dicha devoción. En vísperas de la celebración de su fiesta, en el año 1875,
dice en las “buenas noches”, a los muchachos del Oratorio: “Esta fiesta pretende
celebrar con un recuerdo especial el amor y la misericordia que Jesús manifestó
a los hombres. Fue extraordinariamente grande el amor que Jesús nos tuvo en su
encarnación y en su nacimiento, durante su vida y predicación, y
particularmente en su pasión y muerte. Y como la sede del amor es el corazón,
por eso se venera al Sagrado Corazón, como el término que sirvió de horno de
este inconmensurable amor”. Venerar su amor misericordioso y reparar las
ofensas que recibe, son los dos aspectos más destacados en esta devoción.
Don Bosco, siguiendo su formación de la Residencia
Eclesiástica, estaba convencido que al mostrar un Dios cercano, amigo,
misericordioso, este Dios llegaría con más profundidad y gozo a los corazones
de sus jóvenes y de todas las personas.
Leemos en uno de los sueños de Don Bosco:
Estando en la sacristía de la capilla existente
junto a la iglesia en construcción del Sagrado Corazón, vio a Luis sacando agua
de un pozo.
-¿Para quién sacas tanta agua? , le preguntó Don
Bosco.
-Para mí y para mis padres.
-¿Y por qué en tanta cantidad?
-¿No comprende? ¿No ve que se trata del Sagrado
Corazón de Nuestro Señor Jesucristo? Cuantos más tesoros de gracia y de
misericordia salen de Él, tanto más queda.
Innumerables son, en efecto, las riquezas
celestiales que el culto tributado al Sagrado Corazón infunde en las almas: las
purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar las
virtudes todas3. Don Bosco captó y vivió la esencia de la devoción al Corazón
de Jesús, bebió de sus aguas y las dio a
beber a los jóvenes y a las gentes, para que los tesoros de Su Amor y
Misericordia fueran su fortaleza y su alegría. Veamos entonces, algunos de los
aspectos de esta relación de Don Bosco con el Corazón de Jesús.
En la devoción que practicaba San Juan Bosco hacia
el Corazón de Jesús se unen espíritu y obras, mística y misión, contemplación y
acción, muerte y vida. “Yo soy el buen pastor. El pastor bueno se desprende de
su vida por las ovejas... Tengo otras ovejas que no son de este recinto;
también a éstas tengo que conducirlas… Por eso me ama mi Padre, porque yo me
desprendo de mi vida. Nadie me la quita, la doy yo voluntariamente” (Jn 10,
11-18).
Y podemos añadir que la devoción al Corazón de
Jesús, como salesianos y salesianas, nos debe llevar, de manera límpida, fresca
y suave, a la vivencia del Sistema Preventivo, donde la caridad lo supera todo,
porque es una caridad que nace de la fuente del amor puro: el Corazón Sagrado
de Jesucristo.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.
Las Doce
Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa
Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes
promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su
estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la
hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus
empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano
de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en
la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta
y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación
de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de
aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi
Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve
Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán
en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su
refugio en aquél último momento.
Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor
está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
ORACIÓN
FINAL:
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos
nuestra cruz
de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
junto con tu
sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada
Amén
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