domingo, 10 de junio de 2018

Celebración de Recepción de la Familia en la Comunidad

Celebración de Recepción de la Familia en la Comunidad - Paso de Nivel

Monición de Entrada: En el marco del X Domingo del tiempo ordinario, nuestra comunidad eclesial celebra el paso de aspirantes a candidatos de los niños y niñas que se preparan al encuentro con Jesús, la liturgia del día nos presenta al mal rampante en el mundo, como una ocasión para mirar también al mal en nosotros mismos, asumir sin excusas nuestra responsabilidad por ello, y pedir al Señor que nos perdone para que, con la ayuda de Dios, contribuyamos con nuestro grano de arena, en el camino de fe de estos niños, a abolir el pecado en nosotros y en nuestro entorno, y a hacer este mundo un poco mejor, sabiendo que Jesús superó toda maldad y venció a todos los poderes que producen el mal, incluida la muerte. Nos unimos a Jesús en esta celebración, mientras entonamos el canto Ven a la fiesta

Ven a la fiesta(ven tú podrás cantar) 

es el momento de rezar y de cantar (vamos a la fiesta) 
hoy celebramos (Jesús está) 
que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está 
(x2) 

Ven a la fiesta 
a participar 
nos hace falta tu calor 
Jesús te invita para celebrar su amor 
atento tú estarás a responder, por eso 

Ven a la fiesta(ven tú podrás cantar) 
es el momento de rezar y de cantar (vamos a la fiesta) 
hoy celebramos (Jesús está) 
que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está 
(x2) 

Ven a la fiesta para recordar 
milagros que renacen hoy 
Jesús hoy viene para con todos estar 
y su vida y su cruz son nuestra luz, por eso 

Ven a la fiesta(ven tú podrás cantar) 
es el momento de rezar y de cantar (vamos a la fiesta) 
hoy celebramos (Jesús está) 
que en nuestras vidas Dios viviendo siempre está 
(x2)

Rito del Paso de Nivel:

·      Los niños y niñas se encuentran de espaldas a las puertas del templo o del salón ambientado para realizar la celebración. Sus padres, representantes y el resto de la asamblea esta dentro. En forma ordenada, los padres y representantes van llamando a sus hijos por su nombre, estos se dan la vuelta cuando reconocen la voz de sus padres y escuchan su nombre... se disponen a entrar en el templo. Pedir a dos personas de la comunidad que, en nombre de toda la comunidad, estén a las puertas del templo para acoger al niño con un abrazo. A continuación, los niños se dirigen donde sus padres o representantes, quienes le colocaran el distintivo con el nombre y el nuevo grado en la fe que asumen. A medida que van siendo llamados, se ubican en un lugar especialmente preparado para ellos, identificado con el grado en la fe de: CANDIDATOS.

Párroco: Celebramos hoy una fiesta muy importante, la Celebración de la Presentación de estas Familias a la Comunidad Cristiana: En nuestra Eucaristía de hoy vamos a orar y a encomendarlos de modo especial a ustedes, que han de continuar este camino de preparación hacia el encuentro con Jesús sacramentado. Invito a todos los presentes a que expresemos nuestra alegría de recibir estas familias con un fuerte aplauso. Como comunidad cristiana que quiere acompañar a estas Familias en su camino de maduración en la fe, necesitamos conocer la voluntad de Dios que se manifiesta de modo especialísimo en su Palabra. Vayamos pues, a ese encuentro maravilloso con el Buen Padre.


Coordinador de la Catequesis: La parroquia Don Bosco, representada por el párroco Diomar Rosales, los catequistas y demás miembros de los apostolados, hoy celebramos la alegría de ver cómo crece nuestra comunidad parroquial, con nuevos miembros. Estas familias que nos acompañan, están dispuestas a continuar con sus hijos un camino de fe, desean reforzar con su decisión la vitalidad de esta comunidad Cristiana. A partir de hoy pasan de ser Aspirantes en la fe a ser Candidatos al Encuentro con Jesús.

Párroco: En nombre de esa Iglesia que acabamos de describir les doy la BIENVENIDA y desde este momento siéntanse apoyados por nuestra oración y nuestro testimonio, para que ustedes y sus hijos vayan haciendo camino de fe y creciendo como miembros de esta comunidad cristiana.

(Debe estar preparado quien encenderá el cirio pascual)

Coordinador de la Catequesis: Todos nosotros, catequistas, servidores de la Palabra de Dios, continuaremos con ustedes en el proceso de descubrir y hacer madurar la fe recibida y que recibirán en el Encuentro con Jesus: Como signo encendemos este cirio. Nosotros, sus catequistas, les deseamos que esta luz crezca en sus corazones.

Canto: ilumíname



Ilumíname, Señor, con tu Espíritu.
Transfórmame, Señor, con tu Espíritu.
Ilumíname, Señor, con tu Espíritu.
Ilumíname y transfórmame, Señor.

/ Y DÉJAME SENTIR EL FUEGO DE TU AMOR,
AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR. / (2)

Resucítame, Señor, con tu Espíritu,
conviérteme, Señor, con tu Espíritu.
Resucítame, Señor, con tu Espíritu.
Resucítame y conviérteme, Señor.

Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu,
consuélame, Señor, con tu Espíritu.
Fortaléceme, Señor, con tu Espíritu,
fortaléceme y consuélame, Señor.

Una pareja comprometida de la comunidad: Somos conscientes de las dificultades del camino, pero también vivimos la experiencia de que es posible avanzar en el descubrimiento de las inmensas riquezas que nos ofrece la Iglesia en el anuncio de la Palabra y sus Sacramentos.

(Debe estar preparada la persona que entronizara la Biblia)

Coordinador de la Catequesis: Concluyamos este momento de acogida fraterna, con la certeza de que hoy se repite la experiencia de las primeras comunidades cristianas, donde los padres transmitían la fe a sus hijos, de generación en generación.

Entrega de los Evangelios

Se trae procesionalmente la Biblia y la coloca en el sitio preparado.

Párroco: Reciban las Sagradas Escrituras y proclamen con fidelidad y entusiasmo la Palabra de Dios
  
Primera Lectura (Gen 3:9-15): Desde siempre el mal ha querido alejar al hombre del amor de Dios.


Lectura del libro del Génesis. [Gén 39-15]

CUANDO Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».


Palabra de Dios. 

Salmo responsorial: Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)


R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi Voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.

V/. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

V/. Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.


Lectura Segunda (2 Cor 4:13-5:1): la invitación es a mantener viva la fe, la esperanza y en la caridad


Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. [2 Cor 4, 13 — 5, 1]

HERMANOS:
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.


Palabra de Dios. 

Evangelio (Mc 3,20-35): El Poder de Jesús vence a Satanás
Jesús expulsa demonios por su propio poder como Hijo de Dios.  Esto marcará el fin del dominio de Satanás.


En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.

Homilia predicada por Pbro. Diomar Rosales

No hay comentarios:

Publicar un comentario