jueves, 31 de mayo de 2018

Novena al Sagrado Corazón - Día 2: Jesús nos da su Espíritu Santo

Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón


Lectura Bíblica. Romanos 5, 1-9
Por la fe, pues, hemos sido ‘hechos justos’, y estamos en paz con Dios por medio de Jesucristo, nuestro Señor. * Por él hemos tenido acceso a este estado de gracia e incluso hacemos alarde de esperar la misma Gloria de Dios.
Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
Fíjense cómo Cristo murió por los pecadores, cuando llegó el momento, en un tiempo en que eramos impotentes. Difícilmente aceptaríamos morir por una persona justa; tratándose de una buena persona, tal vez alguien se atrevería a sacrificar su vida. Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene: Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Con mucha más razón ahora nos salvará del castigo si, por su sangre, hemos sido hechos justos
Palabra de Dios

Tema del día: DON BOSCO CONSTRUCTOR DE IGLESIAS

La primera que erigió era pequeña y resultó pronto insuficiente. El santo emprendió la construcción de otra mucho más grande, terminada en 1868. A ésta siguió una gran basílica en uno de los barrios pobres de Turín, consagrada a San Juan Evangelista.

Construyó varias iglesias, entre ellas la Basílica de San Juan Evangelista, la Basílica de María Auxiliadora, y la Iglesia del Sagrado Corazón en Roma, donde celebró su última misa.

El esfuerzo para reunir los fondos necesarios había sido inmenso; al terminar la basílica, el santo no tenía un céntimo y estaba muy fatigado, pero su trabajo no había acabado todavía.

Durante los últimos años del pontificado de Pío IX, se había creado el proyecto de construir una iglesia del Sagrado Corazón en Roma, y el Papa había dado el dinero necesario para comprar el terreno. Su sucesor se interesaba en la obra, 1880: León XIII encarga a don Bosco la construcción del Templo del
Sgdo. Corazón en Roma. pero era dificil reunir fondos.

¿Por qué el Sagrado Corazón?

Por la gran devoción que le tenía San Juan Bosco. El mismo escribió que, después de las revelaciones a Santa Margarita Alacoque.
"Era también admirable la devoción de Don Bosco al Sagrado Corazón de Jesús.
La  recomendaba mucho a sus jóvenes...".

Y este amor y devoción los demostró construyendo, hacia el final de su vida y con grandes sacrificios y hasta con humillaciones, la Basílica del Sagrado Corazón, junto a la estación Termini, en Roma.

La tarea fue propuesta a Don Bosco. Cuando ya no pudo obtener más fondos en Italia, se trasladó a Francia. Las gentes le aclamaban en todas partes por su santidad y sus milagros, y el dinero le llovía.  La consagración de la iglesia tuvo lugar el 14 de mayo de 1887.

1886: En su viaje a España se le ofreció a Don Bosco una propiedad sobre el monte Tibidabo, cerca de Barcelona. Esta montaña había sido comprada por algunos católicos para impedir la construcción de un hotel y una iglesia protestante. En las palabras de agradecimiento D. Bosco anunció que pronto se construiría en la cumbre un santuario en honor del Sagrado Corazón. En 1901 sería puesta la primera piedra. ( M.B. XVIII, 112-114)

En una escritura notarial  fechada el 30 de enero de 1876 consta que doce caballeros compraron a don Cristóbal Obiols y Campreciós en común e indivisamente, dos fincas “en la cúspide del Tibidabo” con una extensión global de 26.930 metros cuadrados “junto con una casita, hoy día derruida, dentro de dicha pieza de tierra, viña y bosque”.

1887: Consagración de la iglesia del Sagrado Corazón de Roma presidida por el cardenal Parocchi, Secretario de Estado y cardenal protector de la Sociedad Salesiana. Durante el almuerzo, tras la ceremonia religiosa, Don Dalmazzo pronunció un discurso de ocasión para dar las gracias a los benefactores  que habían hecho posible esta construcción… El orador nombra, en primer lugar, a los Romanos… Y Don Bosco le interrumpe golpeando el cuchillo en el vaso y dice: “No es cierto, continúa…”
El Santo tenía en su mente los muchos viajes para pedir ayuda monetaria a través de toda Francia  para completar la obra de aquel templo.
En otra ocasión, hablando sobre este templo, Don Bosco dirá que  fue construido “aere gallico”, es decir, con dinero francés. (M.B. XIV, 575; XVIII, 322-345; 351)

A un año de su muerte, Don Bosco celebra la misa en la basílica del Sagrado Corazón de Roma. En esos momentos siente que los recuerdos se agolpan en su cabeza. Toda su vida y su obra están presentes. Prorrumpe en un copioso llanto y exclama: “Ahora lo comprendo todo”. Comprende que su vida ha sido como un gran sueño, hermoso y fecundísimo, continuación del que tuvo a los 9 años, en el que Ella, la Auxiliadora, lo ha llevado de su mano, lo ha conducido paso a paso. Comprende que Ella lo escogió, preparó y ayudó; que es Ella la que lo ha hecho todo.

Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:



Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

Amén



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