Canto de
entrada: Dame un nuevo Corazón
Lectura
Bíblica. Romanos 5, 1-9
Por la fe, pues, hemos sido ‘hechos justos’, y
estamos en paz con Dios por medio de Jesucristo, nuestro Señor. * Por él hemos
tenido acceso a este estado de gracia e incluso hacemos alarde de esperar la
misma Gloria de Dios.
Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones,
sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar
y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se
nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en
nuestros corazones.
Fíjense cómo Cristo murió por los pecadores, cuando
llegó el momento, en un tiempo en que eramos impotentes. Difícilmente
aceptaríamos morir por una persona justa; tratándose de una buena persona, tal
vez alguien se atrevería a sacrificar su vida. Pero Dios dejó constancia del amor
que nos tiene: Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Con
mucha más razón ahora nos salvará del castigo si, por su sangre, hemos sido
hechos justos
Palabra de
Dios
Tema del
día: DON BOSCO CONSTRUCTOR DE IGLESIAS
La primera que erigió era pequeña y resultó pronto
insuficiente. El santo emprendió la construcción de otra mucho más grande,
terminada en 1868. A ésta siguió una gran basílica en uno de los barrios pobres
de Turín, consagrada a San Juan Evangelista.
Construyó varias iglesias, entre ellas la Basílica
de San Juan Evangelista, la Basílica de María Auxiliadora, y la Iglesia del
Sagrado Corazón en Roma, donde celebró su última misa.
El
esfuerzo para reunir los fondos necesarios había sido inmenso; al terminar la
basílica, el santo no tenía un céntimo y estaba muy fatigado, pero su trabajo
no había acabado todavía.
Durante
los últimos años del pontificado de Pío IX, se había creado el proyecto de
construir una iglesia del Sagrado Corazón en Roma, y el Papa había dado el
dinero necesario para comprar el terreno. Su sucesor se interesaba en la obra,
1880: León XIII encarga a don Bosco la construcción del Templo del
Sgdo. Corazón en Roma. pero era dificil reunir
fondos.
¿Por qué el
Sagrado Corazón?
Por la gran devoción que le tenía San Juan Bosco.
El mismo escribió que, después de las revelaciones a Santa Margarita Alacoque.
"Era también admirable la devoción de Don
Bosco al Sagrado Corazón de Jesús.
La
recomendaba mucho a sus jóvenes...".
Y este amor y devoción los demostró construyendo,
hacia el final de su vida y con grandes sacrificios y hasta con humillaciones,
la Basílica del Sagrado Corazón, junto a la estación Termini, en Roma.
La tarea fue propuesta a Don Bosco. Cuando ya no
pudo obtener más fondos en Italia, se trasladó a Francia. Las gentes le
aclamaban en todas partes por su santidad y sus milagros, y el dinero le
llovía. La consagración de la iglesia
tuvo lugar el 14 de mayo de 1887.
1886: En su viaje a España se le ofreció a Don
Bosco una propiedad sobre el monte Tibidabo, cerca de Barcelona. Esta montaña
había sido comprada por algunos católicos para impedir la construcción de un
hotel y una iglesia protestante. En las palabras de agradecimiento D. Bosco
anunció que pronto se construiría en la cumbre un santuario en honor del
Sagrado Corazón. En 1901 sería puesta la primera piedra. ( M.B. XVIII, 112-114)
En una escritura notarial fechada el 30 de enero de 1876 consta que
doce caballeros compraron a don Cristóbal Obiols y Campreciós en común e
indivisamente, dos fincas “en la cúspide del Tibidabo” con una extensión global
de 26.930 metros cuadrados “junto con una casita, hoy día derruida, dentro de
dicha pieza de tierra, viña y bosque”.
1887: Consagración de la iglesia del Sagrado Corazón
de Roma presidida por el cardenal Parocchi, Secretario de Estado y cardenal
protector de la Sociedad Salesiana. Durante el almuerzo, tras la ceremonia
religiosa, Don Dalmazzo pronunció un discurso de ocasión para dar las gracias a
los benefactores que habían hecho
posible esta construcción… El orador nombra, en primer lugar, a los Romanos… Y
Don Bosco le interrumpe golpeando el cuchillo en el vaso y dice: “No es cierto,
continúa…”
El Santo tenía en su mente los muchos viajes para
pedir ayuda monetaria a través de toda Francia
para completar la obra de aquel templo.
En otra ocasión, hablando sobre este templo, Don
Bosco dirá que fue construido “aere
gallico”, es decir, con dinero francés. (M.B. XIV, 575; XVIII, 322-345; 351)
A un año de su muerte, Don Bosco celebra la misa en
la basílica del Sagrado Corazón de Roma. En esos momentos siente que los
recuerdos se agolpan en su cabeza. Toda su vida y su obra están presentes.
Prorrumpe en un copioso llanto y exclama: “Ahora lo comprendo todo”. Comprende
que su vida ha sido como un gran sueño, hermoso y fecundísimo, continuación del
que tuvo a los 9 años, en el que Ella, la Auxiliadora, lo ha llevado de su
mano, lo ha conducido paso a paso. Comprende que Ella lo escogió, preparó y
ayudó; que es Ella la que lo ha hecho todo.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.
Las Doce
Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa
Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes
promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su
estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la
hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus
empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano
de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en
la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta
y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación
de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de
aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi
Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve
Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán
en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su
refugio en aquél último momento.
Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor
está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de
tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros,
pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.
ORACIÓN
FINAL:
Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.
Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.
Danos fuerza, Señor, para que carguemos
nuestra cruz
de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
junto con tu
sacrificio, al Padre.
Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.
Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.
Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada
Amén
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