domingo, 8 de marzo de 2015

Homilia del 3er Domingo de Cuaresma 08 de marzo del 2015 - Un Templo Nuevo y definitivo

Lectura Misa del Dia Domingo Marzo 08 2015 III DOMINGO DE CUARESMA -Predicador Victor Tarazona

Éxodo: 20, 1-17

La ley fue dada por Dios a Moisés.

En aquellos días, el Señor promulgó estos preceptos para su pueblo en el monte Sinaí, diciendo: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te sacó de la tierra de Egipto y de la esclavitud. No tendrás otros dioses fuera de mí; no te fabricarás ídolos ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, o abajo, en la tierra, o en el agua, y debajo de la tierra. No adorarás nada de eso ni le rendirás culto, porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso, que castiga la maldad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me odian; pero soy misericordioso hasta la milésima generación de aquellos que me aman y cumplen mis mandamientos. 

No harás mal uso del nombre del Señor, tu Dios, porque no dejará el Señor sin castigo a quien haga mal uso de su nombre. Acuérdate de santificar el sábado. Seis días trabajarás y en ellos harás todos tus quehaceres; pero el día séptimo es día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios. No harás en él trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni el forastero que viva contigo. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, el mar y cuanto hay en ellos, pero el séptimo, descansó. Por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó.

Honra a tu padre y a tu madre para que vivas largos años en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás falso testimonio contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni a su mujer, ni a su esclavo, ni a su esclava, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna que le pertenezca". 

Del salmo 18, 8-9, 10-11

R/. Tú tienes, Señor, palabras de vida eterna.

La ley del Señor es perfecta del todo y reconforta el alma; inmutables son las palabras del Señor y hacen sabio al sencillo. R/.

En los mandamientos de Dios hay rectitud y alegría para el corazón; son luz los preceptos del Señor para alumbrar el camino. R/.

La voluntad de Dios es santa y para siempre estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. Que te sean gratas las palabras de mi boca y los anhelos de mi corazón. Haz, Señor, que siempre te busque, pues eres mi refugio y salvación. R/.

I Corintios: 1, 22-25

Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero sabiduría de Dios para los llamados.

Hermanos: Los judíos exigen señales milagrosas y los paganos piden sabiduría. Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, que es escándalo para los judíos y locura para los paganos; en cambio, para los llamados, sean judíos o paganos, Cristo es la fuerza y la sabiduría de Dios. Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza de los hombres. 

Lectura del Santo Evangelio según San Juan: 2, 13-25

Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré.

Cuando se acercaba la Pascua de los judíos, Jesús llegó a Jerusalén y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas con sus mesas. Entonces hizo un látigo de cordeles y los echó del templo, con todo y sus ovejas y bueyes; a los cambistas les volcó las mesas y les tiró al suelo las monedas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quiten todo de aquí y no conviertan en un mercado la casa de mi Padre". En ese momento, sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito: El celo de tu casa me devora.

Después intervinieron los judíos para preguntarle: "¿Qué señal nos das de que tienes autoridad para actuar así?" Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo reconstruiré". Replicaron los judíos: "Cuarenta y seis años se ha llevado la construcción del templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" Pero él hablaba del templo de su cuerpo. Por eso, cuando resucitó Jesús de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho aquello y creyeron en la Escritura y en las palabras que Jesús había dicho.

Mientras estuvo en Jerusalén para las fiestas de Pascua, muchos creyeron en Él, al ver los prodigios que hacía. Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que nadie le descubriera lo que es el hombre, porque él sabía lo que hay en el hombre.

Reflexión

En el Evangelio de Juan, se nos acaba de narrar la escena de una fiesta familiar, la fiesta de las Bodas de Caná, donde Jesús realiza su primer signo y los discípulos creen en Él. A tal escena, le sigue el relato que se nos narra hoy. No es ya la fiesta familiar, sino la fiesta de toda la comunidad, la pascua, aquella que enmarca nuestro texto. La fiesta que nos recuerda que YHWH ha liberado-salvado a su Pueblo, se ha institucionalizado, en el sentido que ha perdido su frescura original, no por todos, ciertamente, pero sí en muchos que no celebran, que no viven, y hasta se aprovechan de los demás.

La acción de Jesús es profética, Él no puede quedar indiferente, le duele una fiesta que no tenga al Padre Dios como centro, que se contenta de expresiones superficiales pero que no cambian, que no transforman la vida de los seres humanos. La novedad siempre nueva de Dios choca contra todo aquello que deshumaniza, que desfamiliariza a la persona humana, choca con lo que la "saca" de la familia de Dios.

La fiesta familiar que es el banquete de bodas del Cordero, requiere la purificación de todo aquello que nos vuelve autómatas, de aquello que no es Evangelio liberador-salvífico, sino que se convierte en piedra que cargamos no sobre nuestros hombros, sino sobre los hombros de los demás.

Esta purificación nos abre a la contemplación-conocimiento de Cristo, más allá de signos. Porque los signos están allí. No son pocos, solamente que, en muchas ocasiones, no son los signos que quisiéramos contemplar, y nos cuesta aceptarlos. Son los signos de los tiempos los que debemos contemplar para ir más allá y reconocer a Cristo, a Jesús de Nazaret que viene a nuestro encuentro y nos invita a una relación familiar con Su Padre,  nuestro Padre.

La nueva familiaridad requiere un nuevo lugar, este lugar es el mismo Cristo, el Cuerpo de Cristo que es el Templo de la Nueva Alianza, la máxima expresión (en la Resurrección) del amor de Dios a sus creaturas. No es por la fuerza de los hombres, sino por la acción misericorde de Dios.

No es un caminar de facilidad. Es un caminar que implica muchos dolores de cabeza, momentos en que queremos, como discípulos, rendirnos, puesto que nos preguntamos, cómo no pueden (podemos) comprender a Jesús, cómo le seguimos pidiendo signos. Es un camino que nos recuerda constantemente la Cruz, la Pasión. Pero de ninguna manera es un camino pesimista, puesto que está no sólo la promesa de la Resurrección, sino la vivencia, por parte de nosotros, sus discípulos, de la misma. Al experimentar la Vida que viene de Cristo, hacemos memoria del camino recorrido y comprendemos las vivencias que nos habían parecido difíciles, por decir lo menos.

TEMPLOS PROFANADOS

Una víctima inocente es un deicidio,
Un niño hambriento es una blasfemia,
Una mujer violada es una profanación,
Una tortura física o psicológica es un sacrilegio,
Un drogadicto es un templo derrumbado,
un engañado o traicionado es un perjurio...
                                         Andrés Huertas.

Preguntas para la reflexión personal, familiar, comunitaria

Desde la Primera Lectura (Ex 20, 1-17)

¿Qué significan para mí «los diez mandamientos»?

¿Están en el centro de mi visión moral, o los he superado y transcendido en el mandamiento de Jesús, el «mandamiento nuevo»?

¿Los tomo demasiado como «mandamientos», como una orden, como si fueran algo así como una orden irracional, o los he interiorizado y hecho míos?

¿Vivo pendiente de la ley, o de alguna manera vivo ya en el espíritu de la ley, sin vivir atenazado por la «obligación»?


Desde el Evangelio

¿Cómo se correlaciona el pasaje de hoy con el de las Bodas de Caná?

Como se puede ver en la purificación del Templo, según Jesús no se puede tolerar todo. ¿Qué concepción tenemos de la “Casa del Padre”? ¿Qué buscamos en él? ¿Esto se refleja en nuestro actuar?

Los opositores de Jesús siempre exigen pruebas. ¿También yo pongo en reserva mi confianza en Jesús poniéndole condiciones?

Los discípulos recorren un largo camino al lado de Jesús. ¿Me dejo conducir a la plena comprensión del camino de Jesús y, a la luz del suyo, del mío propio?

¿Cuáles son los pasos del discipulado según san Juan? ¿Qué se espera que suceda en esta Pascua en mi vida de discipulado personal y comunitario?

No hay comentarios:

Publicar un comentario