*|PARROQUIA DON
BOSCO|*
*_Novena a María
Auxiliadora_*
*Octavo día. Miércoles
22 de Mayo*
_En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo_
*Santidad cotidiana*
La Virgen María ha sido
propuesta siempre por la Iglesia a la imitación de los fieles no precisamente
por el tipo de vida que ella llevó y, tanto menos, por el ambiente
socio-cultural en que se desarrolló, hoy día superado casi en todas partes,
sino porque en sus condiciones concretas de vida Ella se adhirió total y
responsablemente a la voluntad de Dios (cfr. Lc 1, 38); porque acogió la
palabra y la puso en práctica; porque su acción estuvo animada por la caridad y
por el espíritu de servicio, es decir: porque *fue la primera y la más
perfecta discípula de Cristo:* lo cual tiene valor universal y
permanente (Marialis Cultus n. 35).
La Oración del _Angelus_ nos
recuerda que Dios llama a cumplir su voluntad en lo concreto y en la sencillez
de la vida de cada día. Al recordar la Encarnación, esta oración nos ayuda a
vivir nuestra vida en la fe, a renovar nuestra entrega filial a María nuestra
Madre, a pedir por la paz en el mundo y en los corazones. En el trabajo y lucha
por seguir mejor al Señor, esta oración nos dispone, en la escuela de María, a
reconocer los tiempos de Dios y de su Gracia, y sobre todo, a no echar en saco
roto las inspiraciones del Señor y a no dejar pasar la invitación de progresar
en el camino de la santidad. Nos jugamos todo esto en las relaciones
personales, en la atención a las pequeñas cosas, a lo que parece irrelevante,
porque la magnanimidad se pone de manifiesto en las cosas sencillas y
cotidianas.
*Ofrecimiento de
la Novena*
En este momento tendremos un minuto para que cada uno ore
por alguna intención que desee que la Santísima Virgen Auxiliadora lleve a Dios
_Peticiones
libres…._
*Oración*
¡Oh Virgen Auxiliadora, Madre de la verdadera Sabiduría,
Esposa del Espíritu Santo!, Tú que eres esplendísimo faro de luz eterna,
concédeme la gracia que te imploro..., y envía a mi alma un rayo de luz
celestial. Sí; yo te pido, oh Madre, aquella ciencia divina que edifica, y que
es compañera de la caridad y maestra de la humildad; aquella ciencia que hará
que me conozca a fondo a mí mismo y que me eleva al amor de Dios; aquella
ciencia que despierta la contricción en mi corazón y me excita a detestar mis
culpas pasadas y presentes. ¡Oh María Auxiliadora!, obténme este don del
Espíritu Santo, para que se perfeccione en mí la fe y yo camine seguro por la
senda del Paraíso. Amén.
*Celebramos 150 años de fundación de ADMA,* _servirá para promoción vocacional de la asociación_
*María Auxilio de los cristianos*
_Ruega por nosotros_
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