Evangelio - Lectura del santo evangelio según san Juan (10,11-18):
En aquel tiempo dijo Jesús: «Yo soy el buen Pastor. El buen pastor da la vida por las ovejas; el asalariado, que no es pastor ni dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo hace estragos y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas. Tengo, además, otras ovejas que no son de este redil; también a ésas las tengo que traer, y escucharán mi voz, y habrá un solo rebaño, un solo Pastor. Por esto me ama el Padre, porque yo entrego mi vida para poder recuperarla. Nadie me la quita, sino que yo la entrego libremente. Tengo poder para entregarla y tengo poder para recuperarla: este mandato he recibido de mi Padre.»
Palabra del Señor
Reflexión:
Hay tres cosas que nos dice la liturgia de este día y que nos ayudan a nuestra vivencia. El Evangelio nos dice que Jesús es el Buen Pastor, quien conoce sus ovejas y éstas lo reconocen a él, por ello, sólo Él puede salvarnos, en un amor tan grande que no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos.Pastor que se hace oveja.Cristo se ha hecho uno de nosotros, esa es la primera característica del Buen Pastor, de hecho se nos presenta como Cordero Inmolado, pero Glorioso, Victorioso… se ha hecho él oveja (cordero) para enseñarnos a nosotros el camino para ser pastores, según su corazón.
Él nos saca de nuestros encierros, y nos mete en su corazón, donde encontramos verdes y frescos pastos, y un agua dulce y abundante.Él dispone y expone su vida a favor nuestro, entregando su vida para que nosotros tengamos vida y Vida en abundancia.Sólo Él puede salvarnos.
Entendemos así, con esas características, que nada hay en el mundo, fuera de Cristo, Buen Pastor, que nos pueda salvar, por eso se nos invita a acudir a Él con plena confianza y a anunciarlo a todas las naciones, haciendo las obras de Cristo, siendo cada uno de nosotros otros cristos…
Somos hijos de Dios.
El Buen Pastor no conoce y nos reconoce introduciéndonos en su corazón, en su cuerpo, por ello somos Hijos de Dios, no en apariencia, no de nombre, sino en realidad. Esto significa que debemos comportarnos hermanos entre nosotros e hijos queridos de Dios…
¿A quién se dirige hoy esta bellísima página del “Buen Pastor”?
¿Cuál es la diferencia entre el Buen y el Mal Pastor?
¿Qué es lo que identifica a un “verdadero” pastor?
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