Monición de la Celebración
Hoy, celebramos que el Reino de Dios, ha sido sembrado en nosotros en el Bautismo, hemos recibido, la fe, la esperanza y el amor, lo miso que una semilla.
Esa semilla de la Vida Divina debe crecer en nuestra vida, porque cada uno es la tierra donde ha sido sembrada.
Así es como en las familias, los padres siembran el Evangelio y las buenas costumbres en sus hijos y esperan confiadamente que estos den buenos frutos...
Así, Jesús, la Iglesia, la catequesis, van sembrando la Palabra de dios y todas sus enseñanzas, esperando que el Espiritu de Jesús, vaya haciendo la obra en cada persona, en cada catequizando, en cada catequista.
Esta semana fue una siembra de Dios, con la Biblia y el Magisterio, la Espiritualidad de Jesús Buen Pastor y los Itinerarios.
Buenaventuranzas del Misionero
Bienaventurado el misionero que vive enamorado de Cristo, que se fía de Él como lo más necesario y absoluto, porque no quedará defraudado.
Bienaventurado el misionero que cada mañana dice "Padre Nuestro", llevando en su corazón todas las razas, pueblos y lenguas, porque no se conformará con una vida mezquina.
Bienaventurado el misionero que mantiene su ideal e ilusión por el Reino y no pierde el tiempo en cosas accidentales, porque Dios acompaña a los que siguen su ritmo.
Bienaventurado el misionero con un corazón puro y transparente, que sabe descubrir el amor y la ternura de Dios sin complicaciones, porque Dios siempre se le revelará.
Bienaventurado el misionero que reconoce y acepta sus limitaciones y debilidades y no pretende ser invencible, porque Dios se complace en los humildes.
Bienaventurado el misionero que sabe discernir con sabiduría lo que conviene callar y hablar en cada circunstancia, porque nunca tendrá que arrepentirse de haber ofendido a un hermano.
Bienaventurado el misionero que no puede vivir sin la oración y sin saborear las riquezas de la Palabra de Dios, porque esto dará sentido a su vida.
Bienaventurado el misionero que anuncia la verdad sobre Jesucristo y denuncia las injusticias que oprimen a los hombres, porque será llamado profeta de los signos de los tiempos.
Bienaventurado el misionero que sabe asumir y valorar la cultura de los pueblos, porque habrá entendido el misterio de la Encarnación.
Bienaventurado el misionero que tiene tiempo para hacer felices a los demás, que encuentra tiempo para los amigos, la lectura, el esparcimiento, porque ha comprendido el Mandamiento del Amor y se conoce humano y necesitado.
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