domingo, 22 de febrero de 2015

Homilia del 22 de febrero del 2015 - El Espíritu lo condujo al desierto

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos: 1, 12-15

Fue tentado por Satanás y los ángeles le servían.


En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.

Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía: "Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Conviértanse y crean en el Evangelio".

Predicador: Pbro. Víctor Tarazona

El Espíritu nos conduce al desierto. No es la experiencia de ser lanzados, arrojados, como si fuésemos llevados a un lugar de castigo. No es la vivencia de estar sin Dios. El desierto es parte de nuestra vida, parte de nuestro caminar, cómo crecer si no hay desierto… el desierto, con Marcos, es espacio de discernimiento, para el crecimiento… No estamos llamados a vivir en solitario, pero sí estamos invitados a pasar por el desierto de nuestra existencia, a no rechazar la dificultad del camino. En el desierto, el Espíritu que le conduce, permanece con Jesús. Cristo actúa bajo la presencia del Espíritu Santo, nunca será una aventura individualista… Jesús pasará por el desierto de la vida, en la esperanza de un mañana más humano, más según el plan del Buen Padre Dios… Es interesante comprobar cómo para Marcos no hay tres tentaciones, ello nos invita a interpretar el texto como una continua tentación por parte de Satanás, de hecho, según sabremos más adelante, Jesús siempre será tentado, se le pedirá que se aparte del plan de Dios, así los fariseos que le piden demostraciones de poder para evitarse el camino doloroso de la fe (Mc 8, 11-13); del mismo discípulo que confiesa la fe pero trata de separarlo de su camino (Señor eres el Mesías, pero tienes que ser como nosotros lo pensamos y no como el Plan del Buen Padre Dios) (Mc 8, 33); de su mismos temores, miedos, angustias, Padre, aparta de mi este cáliz (Mc 14, 35); de sus adversarios Qué baje de la cruz para que veamos y creamos (Mc 15, 30)

Si toda la vida de Jesús ha habido tentación, también es verdad que las va superando, venciendo, en un proceso de conversión que le ha llevado al servicio y a la fraternidad. Jesús expresa su ser Hijo de Dios, muy amado, su legitimidad de ser escuchado, en el servicio y la fraternidad que, para Marcos, se manifiesta en la sanación de los enfermos y la liberación de los endemoniados. Signo evidente que el Reino de Dios está cerca.
Jesús que convive con las fieras, con los animales del campo, no domesticados, inaugura así la paz mesiánica, el compromiso de Dios de mantener la alianza con su pueblo, una alianza de fecundidad, es, por otra parte, la nueva creación, el verdadero y definitivo Adán…

Es servido por los ángeles… Jesús está en el camino del Padre… muchos le verán como un fracasado, otros como alguien peligroso que desconcierta…
La vivencia de Jesús no es un mero ejemplo, son hitos, huellas que hemos de seguir, sobre las cuales caminar… la cuaresma nos recuerda que en la vida somos tentados constantemente, el camino de facilidad nos lleva a pedirle al Padre que nos quite las tentaciones, cuando Cristo nos ha enseñado que no nos van a quitar las tentaciones, pero nos sostendrán para no caer…  no nos dejes caer en tentaciónrezamos… y Cristo mismo nos tiende la mano para que no caigamos, ¡El bien sabe que significa ser tentado!

Para nosotros el camino también es un camino de conversión, de acercarnos cada vez más al Buen Padre Dios…

Preguntas de reflexión

¿Qué relación hay entre Bautismo y Tentación? ¿Cómo se explica que sea el Espíritu Santo el que conduzca a Jesús al desierto para ser tentado? ¿Qué indica el número 40? ¿Por qué Jesús va al desierto? ¿De qué manera aparecen las tentaciones a lo largo del Ministerio de Jesús en el Evangelio de Marcos? ¿Cómo se dan en mi vida cristiana?

Oración con un texto de San Agustín: “Nuestra vida, en efecto, mientras dura esta peregrinación, no puede verse libre de tentaciones. Acabamos de escuchar en el Evangelio como el Señor Jesucristo fue tentado por el diablo en el desierto. El Cristo total era tentado por el diablo, ya que en él eras tú tentado. Cristo, en efecto, tenía de ti la condición humana para sí mismo, de sí mismo la salvación para ti; tenía de ti la muerte para sí mismo, de sí mismo la vida para ti; tenía de ti ultrajes para sí mismo, de sí mismo honores para ti; consiguientemente, tenía de ti la tentación para sí mismo, de sí  mismo la victoria para ti. Si en él fuimos tentados, en él venceremos al diablo”.

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