sábado, 11 de mayo de 2013

Movimiento Juvenil Salesiano - Organización

Organización

En nuestro país, las expresiones del MJS son muy ricas y variadas, fruto de la realidad y cultura de la zona en donde se desenvuelve. El paso del tiempo y la cantidad de jóvenes pertenecientes al MJS nos motiva a colocar las bases necesarias para dar nuestro aporte juvenil al Carisma salesiano en Venezuela para la construcción de la Civilización del Amor en nuestro pueblo.

Por eso, es necesaria una acción práctica en su estilo y profunda en su sentido, y una organización que nos ayude a relacionar las diversas experiencias, a compartir criterios de acción y a enriquecernos en una comunicación efectiva, conformándonos así como un fuerte movimiento en el país, en el continente y en el mundo.

Presencias:

En cada una de sus presencias el MJS lo conforman cada uno de los grupos y experiencias guiadas por uno o varios animadores, orientados desde la espiritualidad juvenil salesiana. Es importante la presencia de, por lo menos, un asesor que junto al acompañante coordine la experiencia y garantice la formación y el acompañamiento, especialmente de los animadores.

Guiados por los acompañantes y los asesores de la presencia, los animadores se organizan en coordinaciones y distribuyen roles para hacer realidad la programación.

Equipo Zonal Integrado (EZI):

A nivel zonal, el MJS se organiza en los Equipos Zonales Integrados (EZIs), conformados por una o más localidades, en los que participan los asesores que representan a las diversas presencias salesianas de la zona.

Cada EZI se organiza según sus características y realidades (por estados, número de obras o distancia) eligiendo así por lo menos un referente que anime dichas presencias. Coordinados por el/los Referente(s) de la zona, los asesores se organizan en comisiones y distribuyen roles de animación para hacer un trabajo en comunión que sea testimonio de la Espiritualidad que nos anima y genera un estilo particular de gestión y organización; sin embargo, para su funcionamiento, la distribución de los roles en comisiones y delegados debe garantizar el cuidado de:
  • La vinculación con los Consejos Locales de la Familia Salesiana.
  • La vinculación con la Pastoral
  • Juvenil Diocesana y Universitaria.
  • La comunicación.
  • La formación de Animadores.
  • La formación en la fe.
  • La autogestión.
  • Las misiones.
  • La vinculación con la Pastoral Familiar.
  • Los oratorios y centros juveniles.
  • Las iniciativas culturales y deportivas.

Equipo Nacional Integrado (ENI):

A nivel nacional el MJS tiene un equipo coordinador, llamado Equipo Nacional Integrado (ENI) que favorece la comunión de propuestas, la vinculación de experiencias y la comunicación efectiva. Es el responsable de animar y acompañar a los diferentes EZIs que conforman el MJS. 

El ENI organiza los encuentros del MJS a nivel Nacional. De manera particular, anima las asambleas de asesores y encuentros de Referentes, donde se realiza el discernimiento y la evaluación de la Programación a largo plazo (5 años) y corto plazo (1 año) del MJS en Venezuela.

Trabaja en conjunto con el Consejo Nacional de la Familia Salesiana y con los encargados de la Pastoral Juvenil de los diversos grupos de la Familia Salesiana. Cuida la vinculación con la Pastoral Juvenil Diocesana y Universitaria, y los Movimientos Juveniles a nivel nacional.

Está conformado al menos por cinco asesores y los acompañantes que designe la Familia Salesiana. Es animado por un referente nacional elegido en Asamblea de Asesores para coordinar los esfuerzos de todos en torno a la programación aprobada.

Santidad Salesiana

Santidad

"Dios ha demostrado gran amor a la Familia Salesiana de San Juan Bosco enriqueciéndola con la santidad.

Sacerdotes, seglares y consagrados, jóvenes y adultos de la Familia, personas dedicadas a la educación y evangelización, constructores de la vida de cada día y apóstoles llamados al heroísmo del martirio, todos encuentran riqueza de inspiración en nuestros Santos.
Es admirable lo que produce la gracia del Espíritu Santo en el corazón de quienes lo acogen y se muestran disponibles a su acción. Derramando su amor, impulsa a la caridad perfecta y a la unión cada vez más profunda de quienes acogen su don.

La comunión que deseamos como Familia tiene en la santidad, buscada con empeño, el aspecto más rico de lo que compartimos." (Carta de comunión de la Familia Salesiana, art. 38).


Don Bosco:
Juan Bosco nació en Castelnuovo d'Asti el 16 de agosto de 1815 en una familia de campesinos. Su padre, Francisco Bosco, murió cuando Juan tenía solamente dos años, y Margarita Occhiena se quedó sola criando a Antonio, José y Juan. Con una dulce firmeza y una fe infinita, Margarita, sabia educadora como lo era, convi... (Continuar leyendo)



María Mazzarello:
María Dominga nació en Mornese, provincia de Alessandria (Italia), el 9 de mayo de 1837, en una numerosa familia de campesinos. Dotada de fuerza física no común, desde muchacha trabajó en el campo con su padre José. “Para que Dios no deje que nos falte el pan es necesario rezar y trabajar”, decía ella. Gracias a la educación profundamente cristiana recibid... (Continuar leyendo)



Domingo Savio:
Domingo nació el 2 de abril de 1842, en San Juan de Riva, cerca de Chieri (Turín). Habiendo crecido en una familia rica de valores, desde pequeño impresionó muchísimo por su madurez humana y cristiana. Esperaba al sacerdote fuera de la iglesia, aun bajo la nieve, para ayudar la santa misa. Estaba siempre alegre. Había tomado con se...(Continuar leyendo)



Laura Vicuña:
Laura Carmen Vicuña nació en Santiago de Chile, el 8 de abril de 1891 en el hogar de José Domingo y Mercedes Pino. Los Vicuña eran una familia chilena aristocrática, forzada al exilio por la revolución. Se refugiaron en Temuco, en una casa pobre, pero muy pronto después José Domingo murió repentinamente y Mercedes tuvo que... (Continuar leyendo)

Movimiento Juvenil Salesiano

¿Quiénes Somos?

El Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) es una organización de carácter educativo, formada por diversos grupos capaces de responder a los intereses de los jóvenes. "Es una constelación de grupos juveniles, cristianamente identificados, que se reconocen en la Espiritualidad Juvenil Salesiana (EJS)" (Don Juan Vecchi, sdb.) que asumida como proceso de crecimiento humano y de fe nos permite vivir el compromiso social y eclesial de promover para todas y todos los jóvenes la vida en abundancia (Jn. 10-10).

En el interior del MJS conviven la variedad de edades, de niveles formativos, de objetivos y de intereses propios de los distintos grupos, Esto hace que no todos los grupos sean considerados iguales en el Movimiento. 

Misión:

Somos una organización juvenil mundial, sin fines de lucro, centrada en la persona de Cristo, que brinda una formación preventiva, integral y sistemática a niños, adolescentes y jóvenes a la luz de la EJS, acompañándoles, a través de diversas propuestas educativas, en la elaboración de su proyecto de vida en el que asuman un compromiso activo y transformador en la Iglesia y la sociedad venezolana.

Visión:

Ser una organización juvenil que se reconoce como parte de un movimiento mundial, viviendo los valores cristianos al estilo salesiano, a través de un protagonismo corresponsable y crítico que impulsa en la Iglesia una acción pastoral orgánica, cercana e innovadora que incide solidariamente en la sociedad venezolana. 

Raíces del MJS... en Venezuela:

En 1953 surge el Grupo Scout “Salesianos 18”; hacia el 62 se promueve también los grupos de la Acción Católica.

En 1964 se empezaron a realizar los campamentos juveniles en zonas populares y nacen los Centros Juveniles de Táriba y Boleíta.

En la década de los 70 se intentó articular los diversos campamentos que se hacían en navidad, semana santa y vacaciones de fin de año escolar; se impulsaron la reflexión sobre los “Grupos Educativos”, y se impulsan las escuelas de líderes.

En la década de los 90, se comenzó un trabajo articulado con las FMA y Junio 1994: Las Comisiones de Asociacionismo de los SDB y las FMA deciden conformar el Equipo Nacional Integrado (ENI) para coordinar la experiencia del MJS en Venezuela. Este equipo organizó, para el 26-29 abril de 1995, el primer Congreso de Animadores y el de Adolescentes en el Liceo San José de Los Teques, sobre la Espiritualidad Juvenil Salesiana.

En marzo del 2000: se realizó el Encuentro Juvenil con Don Vecchi y el II Congreso de animadores en el Liceo San José; y el 17-19 Noviembre, el segundo Congreso de Adolescentes en casa Don Bosco, sobre la experiencia de grupo y las condiciones necesarias para vivir y crecer juntos.

En noviembre del 2003: Se realizó el tercer Congreso de Animadores en Liceo San José. Teniendo como tema: “El MJS en Venezuela, frente a los desafíos del Concilio Plenario”.

Para el año 2005, nacieron los Primeros Equipos Zonales (EZIs).

En el 2007: El Rector Mayor, Don Pascual Chávez, bautiza la Primera Edición de la Carta de Identidad del MJS, en un encuentro con los animadores y asesores durante su visita al país.

En el mes de abril de 2008 se realizó en primer Campobosco Nacional del MJS Venezuela con la participación de aproximadamente 500 animadores y asesores de todas las presencias del país.

Entre el 2010 y el 2011: Se hace el estudio y consulta a los participantes, animadores y asesores del MJS y a los miembros de la Familia Salesiana para la re-edición de la Carta de Identidad.

En el mes de noviembre del año 2012 es relanzada y rebautizada la Carta de Identidad del Movimiento Juvenil Salesiano de Venezuela en su segunda edición, en el Templo Nacional a María Auxiliadora en Sarría, Caracas.

En el 2013 se desarrollan en cada uno de los EZI los primeros Campoboscos Zonales.

domingo, 24 de febrero de 2013

Carta Pastoral N° 7 - Queremos recorrer el camino de la Iglesia - A los Sacerdotes, Diáconos Permanentes, Religiosos y Religiosas, Seminaristas, Catequistas, Comunidades Cristianas Parroquiales y todos los fieles católicos de esta Iglesia Particular

Carta Pastoral N° 7



Diócesis de Ciudad Guayana


MARIANO JOSÉ PARRA SANDOVAL
OBISPO DE CIUDAD GUAYANA

A los Sacerdotes, Diáconos Permanentes, Religiosos y Religiosas, Seminaristas, Catequistas, Comunidades Cristianas Parroquiales y todos los fieles católicos de esta Iglesia Particular

“El que beba del agua que yo quiero darle, nunca más volverá a tener sed.”
(Jn.4, 14)


  1. Queremos recorrer el camino de la Iglesia

Grandes acontecimientos han llenado de esperanza el caminar de la Iglesia universal y, en consecuencia, el de la Iglesia Diocesana. Nuestra Iglesia ha reflexionado en el último sínodo sobre la Nueva Evangelización, celebrado en el marco del año de la fe.  Los padres sinodales en su saludo final, nos han iluminado tomando el texto evangélico del encuentro de Jesús con la samaritana y han constatado que “No hay hombre o mujer que en su vida, como la mujer de Samaria, no se encuentre junto al pozo con un cántaro vacío, con la esperanza de saciar el deseo más profundo del corazón, aquél que solo puede dar significado pleno a la existencia” (XII Asamblea General ordinaria del Sínodo de Obispos; Mensaje al Pueblo de Dios).

En esta búsqueda incesante del hombre, La Iglesia desea orientar el camino y  ponerse como Jesús, junto al pozo de la vida “de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, para hacer presente al Señor en sus vidas, de modo que puedan encontrarlo, porque sólo el Espíritu es el agua que da la vida verdadera y eterna” (XII Asamblea General ordinaria del Sínodo de Obispos; Mensaje al Pueblo de Dios)

También la Iglesia Diocesana, queriendo favorecer el encuentro con Jesucristo, ha recorrido con el Pueblo de Dios un camino de renovación pastoral y de evangelización que ha pretendido sensibilizar al pueblo en la dignidad de la persona humana y la vivencia de la fraternidad. Luego de una evaluación realizada en las diferentes parroquias tenemos razones importantes para dar un paso en este proceso de evangelización propuesto en el Plan Diocesano. Constatamos con alegría el hecho de haber logrado el objetivo propuesto en esta fase de sensibilización hacia la fraternidad.

Evidenciamos que en el Pueblo en general se vive el valor de la fraternidad, se abren a las relaciones interpersonales y expresan su solidaridad ante las situaciones difíciles de forma organizada. Somos conscientes, también, que si algo podría impedir este crecimiento en la conciencia fraterna, es la violencia impune que acontece en nuestras ciudades y pueblos. Esta tendencia puede cambiar si evangelizamos y seguimos sensibilizando al valor de la paz, la fraternidad, el respeto, la solidaridad, la justicia y ahora la vivencia comunitaria de la fe.

Respecto a la organización parroquial observamos con agrado que las  parroquias cuentan con al menos 2 o 3 espacios de encuentro interpersonal donde se vive la espiritualidad de comunión y se comparte la vida. Las parroquias en su mayoría participan de los encuentros de comunión planificados por las diócesis y por las zonas pastorales y  cuentan con las estructuras de participación organizadas en mayor o menor grado, lo que favorece que el conjunto del Pueblo de Dios pueda ser tomado en cuenta, no marginado. Por lo menos un 93% de las parroquias evaluadas cuentan con la sectorización, con la red de mensajeros organizada, con el EPAP y se está elaborando y difundiendo la carta a los cristianos. Aunque en algunas parroquias estas estructuras están en etapa de conformación.

Refiriéndonos a los agentes de pastoral, nuestra evaluación arroja que un buen número de estos toman en cuenta el objetivo de la fase para programar y van asumiendo de mejor manera las opciones pastorales de la diócesis y los criterios de la acción pastoral suscritos en nuestro Plan Diocesano para conocerlo mejor y aplicar las herramientas de la programación. Esto conlleva que se vayan implicando en el proceso de evangelización y vayan asumiendo, desde sus dones y carismas, el trabajo organizado por la pastoral de conjunto.

Por todo esto anunciamos con alegría y esperanza el paso de la segunda fase de sensibilización a la fraternidad a la tercera fase de sensibilización a la vida en comunidad.

Exhorto a seguir adelante en el camino emprendido para que, en el marco de este año de la FE, podamos sensibilizar al Pueblo de Dios a reunirse en comunidad, ya que solo en ella podemos  saborear los valores del Reino. En comunidad profesamos la Fe en Cristo Jesús y nos alegramos de pertenecer a la Iglesia que es y debe ser siempre comunidad de Amor en la que todos somos invitados a compartir con los más necesitados. Queremos hacer realidad en este tiempo de gracia el objetivo de la Tercera Fase de la Primera etapa del Plan Diocesano: “Los Bautizados de la Diócesis de Ciudad Guayana,  son sensibles a reunirse en comunidad, a ser y pertenecer a la Iglesia y a compartir con los más necesitados, haciendo que cada encuentro sea una experiencia de comunidad y cada uno salga motivado a promoverla con el fin de organizarse en una red de comunidades y, así, comenzar a saborear los valores del Reino”.

  1. Los grandes retos que nos plantea la Nueva Evangelización y la Pastoral de conjunto

            ¿Qué debemos hacer en cada parroquia, vicaria y desde cada comisión para vivir esta fase?
 Como  ustedes mismos han hecho notar todavía falta mucho por hacer. Estos son los Retos que  debemos enfrentar en el  próximo  año y que reclaman de cada uno, una más pronta ejecución:

  1. En cuanto al Pueblo en general:
·         Motivar encuentros comunitarios donde se confronte la Fe con la vida, donde las personas se sientan valoradas y acogidas por la Iglesia, donde se pueda iluminar la realidad con la Palabra.
·         Vencer el ostracismo, el individualismo y la indiferencia, abriéndonos en un clima de diálogo y acercamiento con la realidad que vive nuestro pueblo.
·         Continuar profundizando en la fraternidad como único camino para vivir la paz, la justicia y la solidaridad.
·         Prestar una mayor atención  a las familias, donde cada bautizado esta llamado a la primera experiencia de Fe. (CPV-IMC n°93, PDR/E-MI n° 25)
·         Brindar con atención maternal y espíritu evangélico, las respuesta adecuadas a los problemas que vive la familia actualmente (divorciados y vueltos a casar, situación de sus hijos, cónyuges abandonados, parejas  que viven  juntas sin casarse), y la tendencia de la sociedad  a redefinir el matrimonio (propuesta n°48, Sínodo de los Obispos). Para ello es prioritario que se organice en cada parroquia la Pastoral familiar, que vaya mas allá de los cursos pre-matrimoniales y que desarrolle un programa de acompañamiento a las familias en todos los ámbitos de su vida
·         Ofrecer oportunidades de encuentro a los grupos de familias en cada sector de la parroquia, como espacios de iluminación y transformación de la propia vida en el encuentro con Jesucristo y con ellos promover en cada parroquia una red de comunidades, donde cada uno es sensible a ser y pertenecer a la iglesia y a compartir con los más necesitados, tal y como lo expresa el objetivo de la Tercera Fase de nuestro Plan.
·         Así mismo, desde la Pastoral de Multitudes, estamos llamados a redescubrir y celebrar la Fe en la Comunidad, como un espacio de crecimiento del conjunto. Para ello, organícense celebraciones de Pastoral de Multitudes en todas las parroquias, como una forma de promover el crecimiento procesual de la fe del Pueblo de Dios y tómense en cuenta y hagan propios los lemas que nos invitan a vivir un valor determinado cada mes.

  1. En cuanto a la organización parroquial

Como ya hemos visto a través de la evaluación del camino recorrido la mayoría de nuestras parroquias cuenta con al menos tres estructuras de participación y de comunión, dentro de ellas un 93% han sectorizado, sin embargo, para que la Organización Pastoral Parroquial sea más efectiva, es necesario que en esta Fase  todas las parroquias de la Diócesis:

·         Concluyan el proceso de organización de la sectorización, con la conformación de los equipos sectoriales de animación pastoral, quienes serán los garantes de la formación y la participación activa del Pueblo de Dios en la vida parroquial desde el sector.
·         Consoliden las estructuras de comunicación y participación: el E.P.A.P., la Red de mensajeros y la Carta a los cristianos de modo que los Bautizados y el pueblo en general  encuentren cada vez más su lugar de participación y puedan vivir coherentemente su fe con su  vida. En esto no podemos apelar a la ignorancia o la desorientación pues se han dado suficiente herramientas para comprender en que consiste cada una de estas estructuras.
·         Organícense en cada parroquia las comisiones pastorales necesarias para el acompañamiento y formación del Pueblo de Dios, a fin de ofrecer oportunidades para el dialogo entre las personas, para escuchar y promover la Palabra de Dios, para una catequesis orgánica y procesual que inicie a la Fe y continúe iluminando la existencia de los hombres y mujeres de este pueblo. Promuévase desde estas comisiones la formación en la caridad, para la oración y la vivencia gozosa de la Eucaristía
·         Con el fin de anunciar la Buena Noticia de Jesús, todas las parroquias promuevan el nacimiento de Pequeñas Comunidades o grupos de familias en sus sectores. Que las mismas sean células vivas y lugares de encuentro personal y comunitario con Cristo, a través de la profundización de la Palabra de Dios Que sean instancias  privilegiadas para experimentar las riquezas de la  Liturgia, así como  para  proporcionar una  educación Cristiana, inicial y permanente y formar a todos los Bautizados en la fraternidad, en la caridad y en la justicia social, especialmente con los más pobres (propuesta n°26, Sínodo de los Obispos). De esta manera, las pequeñas comunidades viven una adhesión más intensa a Jesucristo (CPV-ICM n°79), promueven  la dimensión profética de la vida Cristiana y se transforman en lugares de evangelización que constituyen una esperanza para la Iglesia universal (EN n°58), y para la renovación de la  parroquia y de toda la Diócesis.            

  1.  En cuanto a los Agentes de pastoral,

A fin de promover el crecimiento paulatino y constante de nuestros agentes de pastoral consagrados, favorézcase una pastoral vocacional integrada a la pastoral juvenil y la pastoral familiar, para que pueda atender el proceso de maduración de aquellos jóvenes que se  sienten llamados a una consagración especial. De igual forma, reconociendo los Dones con que el Espíritu obra en todos los Bautizados para la construcción del cuerpo de Cristo, promuévase la preparación adecuada del agente laico, a fin de que crezca en su compromiso por la construcción del Reino y, participando de la vida bautismal, se sienta motivado en su misión de transformar las realidades temporales siendo testigo de Jesucristo en los ambientes en donde se desenvuelve, siendo corresponsables de la evangelización (CPV.LCV n° 105-109).

A todos los agentes que con dedicación trabajan en la obra de la nueva evangelización, en todos los Niveles de la Acción Pastoral, se les exhorta a:
·         En  consonancia con la Iglesia Universal, vivir  el año de la Fe, redescubriendo,  celebrando y promoviendo encuentros en los que se reconozcan los fundamentos de nuestra Fe, y en los que promovamos un encuentro más cercano con Jesucristo.
·         Participar activamente en la formación de agentes de Pastoral, con el fin de profundizar en los aspectos  que nos conducirán a la vivencia del objetivo de la Tercera Fase de la Primera Etapa de nuestro Proyecto Diocesano de Renovación y Evangelización, con el cual se persigue que los Bautizados de nuestra Diócesis,  sean  sensibles a reunirse en comunidad, a ser y pertenecer a la Iglesia. Organicen los párrocos poder asistir a esta formación con sus Equipos parroquiales de animación Pastoral y con todos aquellos que quieran participar.
·         Asumir en las acciones pastorales programadas, la Opción fundamental de la Diócesis y los criterios para la acción pastoral suscritos en nuestro Plan, ya que estos son   elementos claves para la programación de cada acción evangelizadora que realicemos con el objeto de hacer presente el Ideal de Iglesia que soñamos como Pueblo de Dios que peregrina en esta Diócesis.
·         Mantener un contacto permanente con la Palabra de Dios a través de la práctica de la Lectio Divina, del estudio del Evangelio, o de cualquier método que nos permita acercarnos a ella y descubrir allí la voluntad de Dios.
·         En el marco de los 50 años del Concilio Vaticano II, todos los agentes de pastoral han de promover el estudio sistemático de los documentos del mencionado concilio y del Concilio Plenario de Venezuela, para descubrir en ellos la riqueza de una iglesia que se renueva constantemente a la luz del Evangelio y  para que sus propuestas iluminen la renovación pastoral propuesta de nuestro Plan.

  1. Desde la Espiritualidad de comunión, camino de santidad

Pedimos encarecidamente a todos los agentes de pastoral, consagrados y laicos, movimientos, grupos de apostolado, asociaciones, comisiones diocesanas y todos los que ponen sus esfuerzos en la construcción del Reino en esta tierra de bendiciones, a que vivan este proceso de evangelización teniendo como referencia fundamental de la vida la espiritualidad de comunión que es  la fuerza que mueve la renovación pastoral de la Iglesia Diocesana. Sin vivir la comunión no podemos dar los pasos necesarios para promover una nueva evangelización. Vivir la espiritualidad de comunión es vivir movidos por la fuerza transformadora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. De esta manera quien evangeliza, ubicándose en esta dinámica espiritual, se ubica también en el camino de la santidad, pues el que evangeliza y vive la comunión es el santo.

La vivencia de la Espiritualidad de comunión nos permitirá entrar en la vida y en las casas de la gente de forma sencilla y fraterna, reconociendo las semillas del Reino en cada hermano e iluminando con el Evangelio cada una de sus situaciones. Hagamos accesible a nuestra gente la experiencia de ser y pertenecer a la comunidad cristiana, a La Iglesia, “multipliquemos los pozos a los cuales invitar a los hombres y mujeres sedientos… para posibilitar su encuentro con Jesucristo, ofrecer oasis en los desiertos de la vida. De esto son responsables las comunidades cristianas y, en ellas, cada discípulo del Señor. Cada uno debe dar un testimonio insustituible para que el Evangelio pueda encontrarse con la existencia de todos” (Cita textual: XIII Asamblea General ordinaria del Sínodo de los Obispos, Mensaje al Pueblo de Dios)

EL AÑO DE LA FE Y LAS INDULGENCIAS.

Todo lo que anteriormente les he planteado debemos encuadrarlo en la celebración del Año de la Fe al cual nos ha convocado el Santo Padre. Este ha de ser un año durante el cual acercándonos al Señor Jesús renovemos y fortalezcamos nuestra fe. Solo el encuentro con el Señor Jesús nos puede fortalecer nuestra fe. La madurez de la fe se alcanza en el encuentro personal y comunitario con el Señor. Por esto estamos llamados a permanecer en un encuentro vivo con Jesucristo. Este encuentro con el Señor es cercanía con Él.

Por lo tanto quiero indicar para esta celebración, además de las indicaciones anteriormente dichas, lo siguiente:
·          Los párrocos deben utilizar el subsidio preparado por la Vicaría de Pastoral para ser estudiado por todos los sectores y movimientos de las parroquias.
·          En las reuniones de Agentes de Pastoral procure la Vicaría de Pastoral que se estudien los principales documentos del Concilio Vaticano II y se relacionen con los del Concilio Plenario de Venezuela.
·          Los párrocos aprovechen las celebraciones eucarísticas dominicales para enseñar a sus fieles la doctrina de la Iglesia sobre las indulgencias.
·          Además de las indicaciones generales de la Signatura Apostólica para beneficiarse de las indulgencias, se podrán ganar en cada parroquia o vicaría en las fiestas patronales y en las visitas programadas que realicen las parroquias al Santuario Diocesano de la Inmaculada Concepción del Caroní.
·          Además dispongo que se puedan también lucrar las indulgencias en las siguientes iglesias: en las Parroquias San Pedro y San Pablo  (las Zona III y VI),  la Parroquia San Antonio de Padua de Upata (Zona IV) y la Parroquia Nuestra Señora de Belén en Tumeremo (Zona V).
·          El Año de la Fe lo clausuraremos en la Diócesis el día 8 de Diciembre del 2013 según programa preparado por la Vicaría de Pastoral.

Pido para todos nosotros la bendición de nuestra patrona la Inmaculada Concepción del Caroní, Testigo y Animadora de nuestra fe. Junto con ella nos esforzaremos porque los espacios de participación para la consulta, la toma de decisiones y la ejecución de las acciones estén organizados, de modo que la comunidad se vaya educando en la corresponsabilidad y creciendo en la madurez de su fe como es propio de un pueblo llamado a la santidad.

Los bendigo de todo corazón con afecto paternal.

En Ciudad Guayana, a los 24 días del mes de Febrero de 2013, Segundo Domingo de Cuaresma.




+Mariano José Parra Sandoval
Obispo de Ciudad Guayana


http://marianojoseparra.blogspot.com/2016/03/carta-pastoral-n-7-diocesis-de-ciudad.html