jueves, 27 de junio de 2019

Día 9: Jesús nos entrega a su Madre


Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. San Juan 19, 25-27
5 Cerca de la cruz de Jesús estaba su madre, con María, la hermana de su madre, esposa de Cleofás, y María de Magdala. Jesús, al ver a la Madre y junto a ella al discípulo que más quería, dijo a la Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo.” Después dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre.” Y desde aquel momento el discípulo se la llevó a su casa. 
Palabra del Señor


Tema del día: El 30 de mayo de 1862, Don Bosco compartió con sus jóvenes un sueño que había tenido unos días antes: un barco estaba a punto de naufragar por los ataques que recibía de sus enemigos, pero el Papa lo guió entre dos columnas que emergieron del mar.

Juntos interpretaron lo que años más tarde se ha considerado una visión o una profecía: el barco representaba a la Iglesia y las dos columnas que le permitieron entrar a puerto –al cielo- eran la Virgen María y el Santísimo Sacramento.

Así describe san Juan Bosco en sus Memorias biográficas la persecución que sufre la Iglesia en su sueño:

“En toda aquella superficie líquida se ve una multitud incontable de naves dispuestas en orden de batalla, cuyas proas terminan en un afilado  espolón de hierro a modo de lanza que hiere y  traspasa todo aquello contra lo cual llega a chocar. Dichas naves están armadas de cañones, cargadas de fusiles y de armas de diferentes clases; de material incendiario y también de libros, y se dirigen contra otra embarcación mucho más grande y más alta, intentando clavarle el espolón, incendiarla o al menos  hacerle el mayor daño posible”.

Pero, continúa escribiendo este educador para quien los sueños eran una auténtica manifestación de los deseos de Dios, “en medio de la inmensidad del mar se levantan, sobre las olas, dos robustas columnas, muy altas, poco distante la una de la otra. Sobre una de ellas campea la estatua de la Virgen Inmaculada, a cuyos pies se ve un amplio cartel con esta inscripción: Auxilium Christianorum. Sobre la otra columna, que es mucho más alta y más gruesa, hay una Hostia de tamaño proporcionado al pedestal y debajo de ella otro cartel con estas palabras: Salus credentium”.

Cuando el capitán, el Papa, “guía la nave hacia las dos columnas, y al llegar al espacio comprendido entre ambas, la amarra con una cadena que pende de la proa a un áncora de la columna que ostenta la Hostia; y con otra cadena que pende de la popa la sujeta de la parte opuesta a otra áncora colgada de la columna que sirve de pedestal a la Virgen Inmaculada. Entonces se produce una gran confusión”.

Todos los enemigos huyen, se dispersan, chocan entre sí y se destruyen mutuamente y en el mar reina una calma absoluta.

Juan Bosco descifró algunos significados de este sueño: “Las naves de los enemigos son las persecuciones. Se preparan días difíciles para la Iglesia. Lo que hasta ahora ha sucedido es casi nada en comparación a lo que tiene que suceder”, decía a finales del siglo XIX.

“¡Sólo quedan dos medios para salvarse en medio de tanto desconcierto! -añadía, en una afirmación válida también para hoy-: devoción a María Santísima; frecuencia de Sacramentos: Comunión frecuente, empleando todos los recursos para practicarlos nosotros y para hacerlos practicar a los demás siempre y en todo momento”.

Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:


Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

Amén



miércoles, 26 de junio de 2019

Día 8: La Eucaristía máximo Alimento del amor


Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. 1Co 11, 23-26
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió diciendo: “Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.” De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: “Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.”
Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa están proclamando la muerte del Señor hasta que venga. 
Palabra del Señor


Tema del día: Las obras memorables de Don Bosco son la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Roma y la aceptación del monte Tibidabo en Barcelona. De estas dos obras cabrían muchísimas páginas, nos limitaremos a una breve mención.
La construcción de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús se debió a que el Papa León XIII, en abril de 1880,  le  pidió a Don Bosco continuarla, pues había  tenido que ser interrumpida  por factores económicos.  La parroquia eclesiástica ya se había creado el 2 de febrero de 1879, y el municipio la había reconocido jurídicamente el 28 de marzo de ese año. Para don Bosco era un grave peso pero, al mismo tiempo, la oportunidad de tener una presencia salesiana en la Urbe. Los trabajos se prolongarían hasta noviembre de 1887, y aún después (…) Don Bosco había propuesto, de inmediato, la ampliación de los planos y la construcción de un Asilo para niños pobres y de un oratorio festivo (…) Cuando el 14 de mayo de 1887 fue consagrado el templo, parte de la obra estaba todavía en construcción, faltaban las torres y las imágenes de la fachada, varios altares y vitrales. Pero los 15.000 habitantes de la barriada necesitaban los servicios pastorales y la iglesia debía ponerse ya a en funcionamiento. Los sacrificios y el desgaste físico de Don Bosco para llevar a cabo esta obra son indecibles.

Con respecto al monte Tibidabo, es la más alta colina de Barcelona (España), con un paisaje que atrae a ciudadanos y forasteros. El nombre se debe a que, por una leyenda popular, ese fue el monte donde Jesús fue tentado mostrándole todos los reinos del mundo, y precisamente desde aquella cima el demonio le dijo: Haec omnia TIBI DABO, si cadens adoraveris me (Todo esto te daré, si me adoras. Mt. 4, 9). Esta cima, lógicamente era muy codiciada. Seis hombres muy católicos, al darse cuenta de que el monte iba a ser utilizado para objetivos antirreligiosos, se pusieron de acuerdo para comprarlo en 1885, y esperaron el mejor momento para darle un buen fin.

El año siguiente coincidió con la célebre visita de Don Bosco a Barcelona (8 de abril al 6 de mayo 1886), y esto inspiró en los aquellos dueños del monte, entregárselo a Don Bosco para que estableciera un santuario al Sagrado Corazón de Jesús, pues estaban al tanto del templo en Roma. Después de leerle el Documento de Cesión del monte, Don Bosco, conmovido profundamente respondió:

Estoy confundido ante la nueva e inesperada prueba que me dais de vuestra religiosidad y piedad. Os lo agradezco; pero sabed que en este instante, sois instrumentos de la Divina Providencia. Al salir de Turín para venir a España, iba pensando en mi interior: Ahora que está casi terminada la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en Roma, hay que estudiar la manera de promover cada vez más la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Y una voz interior me tranquilizaba asegurándome que encontraría los medios para cumplir mi deseo. Esta voz me repetía: ¡Tibi dabo, tibi dabo! (Te daré, te daré). Sí, señores; vosotros sois los instrumentos de la Divina Providencia. Con vuestra ayuda, surgirá pronto sobre este monte un santuario dedicado al Sagrado Corazón de Jesús; en él tendrán todos comodidad para acercarse a los santos sacramentos y se recordará por siempre vuestra caridad y la fe, de la que me habéis dado tantas y tan hermosas pruebas.

Y añadió que podría instalarse también el noviciado para jóvenes españoles destinados a las misiones. Don Bosco estaba consciente que él no vería ni iniciada la obra, pero en su visión de futuro y en su confianza total en sus sucesores, sabría que sería una realidad, y no solo en España, sino que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, se extendería por todo el mundo.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:


Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

martes, 25 de junio de 2019

Día 7: Dios por Cristo nos reconcilia consigo


Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. San Mateo 11, 25-30
En aquella ocasión Jesús exclamó: “Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado.
Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.
Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.”.
Palabra del Señor


Tema del día: Don Bosco tenía una gran devoción al Sagrado Corazón: "Aquí se adquiere el verdadero ardor - dijo - me refiero al amor de Dios, y no es para uno mismo, sino para ser compartirla haciendo partícipes a otras almas." Tal devoción se explícita en su insistencia de la confesión y comunión frecuente y la participación en la Misa diaria, pilares que deben soportar el edificio educativo y animar en la práctica del sistema preventivo.

Hacia el final de su vida, aceptó la petición del Papa León XIII para completar la Basílica del Sagrado Corazón en Roma. La iglesia, que fue hecha en 1870 por el Papa Pío IX, se reanudó y completó gracias a la tenacidad de Don Bosco, en unos pocos años (1880 - 1887). Una empresa que le costó enormes sacrificios.

Su primer sucesor, el Beato Miguel Rua,  consagró al Sagrado Corazón la Congregación Salesiana el 31 de diciembre de 1899 y en esa ocasión, hizo llegar a todos las comunidades una "instrucción" sobre esta devoción. Destacó su importancia sobre todo para las casas de formación, y pidió que todos los noviciados se dedicaran al Sagrado Corazón, y algunos días antes de su muerte Don Rúa pidió al P. Francisco Cerruti que compusiera una oración por las vocaciones al Sagrado Corazón. Le presentó  la siguiente oración, que él recitó y pidió que se hiciera una copia y la pusieran bajo la almohada: "Oh Sagrado Corazón de Jesús, envía buenos y digno obreros a la Pía Sociedad Salesiana y mantenlos fieles en ella, te rogamos, óyenos".

"Es, ante todo, una fuerte invitación a dar gracias al Padre porque él nos ha llamado por el nombre, uno por uno, para ser en la Iglesia signos y portadores de su amor, haciendo surgir del Corazón de Cristo, esa caridad pastoral que marca nuestro ardor eclesial con el don de la predilección por los jóvenes ", dice el padre Pierluigi Cameroni, animador espiritual de la Asociación de María Auxiliadora (ADMA), que sugiere:" En esta solemnidad podemos meditar y orar el maravilloso artículo 11 de nuestras Constituciones: "El espíritu salesiano encuentra su modelo y su fuente en el corazón de Cristo, apóstol del Padre. En la lectura del Evangelio, somos más sensibles a ciertos aspectos de la figura del Señor: gratitud al Padre por el don de la vocación de Dios a todos los hombres; la predilección por los pequeños y los pobres, el celo en la predicación, la curación, bajo la urgencia del Reino que viene, con la actitud del Buen Pastor, que gana los corazones con bondad y el don de sí, y el deseo de reunir a sus discípulos en la unidad de la comunión fraterna. "

El Corazón de Jesús no es simplemente un ejemplo moral para emular, sino que gracias al encuentro vivo con él, es un don para hacer del nuestro del nuestro  un corazón conforme al suyo. Especialmente hoy en día, en un mundo en el que viven muchos jóvenes sin futuro y muchas familias viven extenuadas en medio de una grave crisis moral, cultural, económica y social, la experiencia  transformadora del amor de Dios es un mensaje de esperanza en medio de  las tentaciones de desesperación.

Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:


Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

lunes, 24 de junio de 2019

Día 6: Jesús nuestra fuerza y nuestro descanso

Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. San Mateo 11, 25-30
En aquella ocasión Jesús exclamó: “Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado.
Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.
Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.”.
Palabra del Señor


Tema del día: Solo en la misericordia y en el amor del Señor descansa en paz nuestra vida. El haber hecho la experiencia de recostar el rostro en el Corazón de Jesús, como San Juan, y escuchar el latido de Su santa Voluntad, y de sentir el gozo sereno de quien se siente amado y ama, permitió a Don Bosco poder transmitir este amor de salvación. Escuchemos al mismo Don Bosco, en las Buenas Noches del 3 de junio, vísperas de la fiesta del Sagrado Corazón:

Mañana, mis queridos hijos, celebra la Iglesia la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Es preciso que también nosotros procuremos honrarlo con gran diligencia (…) Algunos de vosotros querrán saber el significado de esta fiesta y por qué se honra de una manera especial al Sagrado Corazón de Jesús. Os diré que esta fiesta pretende celebrar con un recuerdo especial el amor que Jesús manifestó a los hombres. Fue extraordinariamente grande el amor que Jesús nos tuvo en su encarnación y en su nacimiento, durante su vida y predicación, y particularmente en su pasión y muerte. Y como la sede del amor es el corazón, por eso se venera el Sagrado Corazón, como el término que sirvió de horno de este inconmensurable amor. Este culto al Sacratísimo Corazón de Jesús, esto es, al amor que Jesús nos demostró, existió en todos los tiempos y siempre; pero no siempre hubo una fiesta establecida a propósito, para venerarlo. En la plática del domingo por la tarde escucharéis cómo Jesús se apareció a la beata Margarita de Alacoque y le manifestó los muchos bienes que recibirían los hombres, honrando con un culto especial a su amabilísimo Corazón, y cómo se estableció la fiesta. Animémonos ya y haga cada cual todo lo posible para corresponder al gran amor que Jesús nos ha tenido.

Esta explicación sencilla revela no solo el conocimiento de Don Bosco sobre los escritos sobre el Corazón de Jesús, sino su opción siempre por el amor, por ese amor que nace de su relación profunda con Dios y que lo lleva a irse configurando con la mentalidad y sentimientos de Jesucristo.

También se revela su profundo sentido eclesial. En ese mismo mes habrían fechas importantes: el aniversario de la revelación hecha por el Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita de Alacoque, el aniversario del Pontificado de Pío IX y, además, el Oratorio se unió a la Iglesia universal con el acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
Primero explicó don Miguel Rúa desde el púlpito el significado y el valor de aquel homenaje; después leyó la fórmula, que los jóvenes fueron repitiendo en alta voz.  La  bendición  fue  precedida por un solemne Te Deum en acción de  gracias a Dios  por haber deparado  a la Iglesia un Pontífice de tanta valía.

A raíz de este acontecimiento, Don Bosco le sugirió a don Juan Bonetti que escribiera un opúsculo sobre el Sagrado Corazón de Jesús:

Bonetti accedió y escribió, para las Lecturas Católicas del mes de junio, el opúsculo El Corazón de Jesús en el segundo centenario de su revelación, que fue el cuarto volumen del año. Allí expone los motivos por los que se debe amar y honrar al Sagrado Corazón de Jesús; y después recuerda el origen, las vicisitudes, la propagación y finalidad de esta devoción.

Podemos constatar, entonces, que la devoción al Corazón de Jesús en Don Bosco era vital y la propagaba según las líneas eclesiales de su época. Pero no se limitó a una celebración del culto ni a una divulgación de la devoción por medio de los escritos, sino que, además, como hombre práctico que era, lo llevó también a plasmarlo en obras concretas.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:



Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

Amén

domingo, 23 de junio de 2019

Día 5: Nuestra Vocación es el amor


Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. San Juan 15, 12-17
Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por sus amigos, y son ustedes mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les llamo servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre.
Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió a ustedes y los preparé para que vayan y den fruto, y ese fruto permanezca. Así es como el Padre les concederá todo lo que le pidan en mi Nombre.
Ámense los unos a los otros: esto es lo que les mando.
Palabra del Señor


Tema del día: ¡OH! ¡Qué dichosa es el alma que, en la tranquilidad de su corazón, conserva amorosamente el sagrado sentimiento de la presencia de Dios! Porque su unión con la divina bondad crecerá perpetuamente, aunque de una manera insensible, y llenará todo su espíritu de su infinita suavidad. ¡Oh si oyésemos a este divino corazón cantar con voz de infinita dulzura el cántico de alabanzas a la divinidad! ¡Qué gozo, qué esfuerzos los de nuestro corazón, para lanzarse a oírle para siempre! ¡Oh amor soberano del corazón de Jesús! ¡Qué corazón te bendecirá jamás con la devoción debida! (San Francisco de Sales).

¡Madre Mazzarello fue esa alma dichosa que encontró los secretos del Corazón de Jesús!
¡Y nos los compartió!

Ánimo, cuando estés cansada y apenada ve a depositar tus preocupaciones en el Corazón de Jesús y allí encontrarás alivio y consuelo. (C 65 n.3)

Todas las cartas de Madre Mazzarello están impregnadas del amor total a Jesús, del seguimiento a Él en las alegrías y en las penas, de la confianza total en su acción. Ahora, expresamente delimitándonos al “Corazón de Jesús”, de manera explícita, lo podemos encontrar en 30 de sus 68 cartas. Es impresionante la fe, el amor y la profundidad de nuestra Madre. A continuación se pueden leer los textos entresacados de las respectivas cartas.

N.4 29 dic. 1875 Monseñor Cagliero Al despedirse: Escríbanos pronto, venga sin tardar no nos olvide en sus oraciones, acepte nuestros respetuosos saludos extensivos a todos los misioneros y créame en el Corazón de Jesús. (n.15)
N.9 27 dic. 1876 Monseñor Cagliero Al despedirse: Le pido su paterna bendición y en el Corazón de Jesús me reitero. (n.11)
N.12 17 abril 1878 Fco. Bosco (seglar) Al despedirse: Créame en el Corazón de Jesús su humildísima servidora. (n.3)
N.29 Oct.-nov.1879 Misioneras Buenos Aires Al despedirse: Cuántas cosas os escribiría aún! pero se me acaba el papel. Id al Corazón de Jesús y allí sentiréis todo lo que quiero deciros.(n.3)

Después de haber leído estos textos, sobre todo en el contexto de la carta total, queda claro el amor profundo, concreto y personal de Madre Mazzarello hacia todas las personas: personal sí, pero no exclusivo ni excluyente, ni con un corazón “encogido, sino con un corazón generoso, grande y sin temores”. Y el secreto de esta magnanimidad es que todos los días ella “bebe con gozo en las fuentes del Salvador”: se sumerge en estas aguas y llega al Corazón de Dios, y allí lleva, en su propio corazón, a todas las personas que conoce, que ama, que le son confiadas. Ella no tiene tiempo para excluir a nadie, para tener rencores o rencillas, allí, en ese Corazón Divino, solo hay tiempo para amar, para perdonar, para servir, para gozar la alegría de los encuentros, para bendecir.

Cuando uno ama desea estar cerca de la persona amada y cuando se da la “separación física” entonces se buscan otras alternativas para poder comunicarse. La carta es una de las más bellas formas donde el lugar geográfico y el tiempo real quedan superados por la palabra que permanece y que no muere. Pero, además, la carta permite ensanchar la tienda de nuestro corazón para abrirnos al conocimiento de nuevas personas que van entrando en nuestro mundo y van siendo parte de nosotras por medio de la palabra.
Madre Mazzarello lo comprendió, y aprendió a escribir, y escribió para estar siempre cerca de sus amadas hijas, las que vio crecer, y las que vio llegar, y las que no vio, pero sí conoció y amó por medio de las cartas. Pero el tiempo era limitado y las distancias demasiado largas y lejanas… y cada vez más hijas, y cada vez más lejos…

Por eso nos regaló el “secreto de los encuentros” donde no importa ni el tiempo, ni la distancia, ni el lugar, y ya ni siquiera las palabras escritas: nos mostró que el espacio más hermoso, más verdadero y donde se puede desear el bien y vivir la mayor bondad del amor, es el Corazón de Jesús.

Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:


Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada

Amén


Día 6: Jesús nuestra fuerza y nuestro descanso
Canto de entrada: Dame un nuevo Corazón

Lectura Bíblica. San Mateo 11, 25-30
En aquella ocasión Jesús exclamó: “Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado.
Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo quiera dar a conocer.
Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana.”.”Palabra del Señor

Tema del día: Solo en la misericordia y en el amor del Señor descansa en paz nuestra vida. El haber hecho la experiencia de recostar el rostro en el Corazón de Jesús, como San Juan, y escuchar el latido de Su santa Voluntad, y de sentir el gozo sereno de quien se siente amado y ama, permitió a Don Bosco poder transmitir este amor de salvación. Escuchemos al mismo Don Bosco, en las Buenas Noches del 3 de junio, vísperas de la fiesta del Sagrado Corazón:

Mañana, mis queridos hijos, celebra la Iglesia la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. Es preciso que también nosotros procuremos honrarlo con gran diligencia (…) Algunos de vosotros querrán saber el significado de esta fiesta y por qué se honra de una manera especial al Sagrado Corazón de Jesús. Os diré que esta fiesta pretende celebrar con un recuerdo especial el amor que Jesús manifestó a los hombres. Fue extraordinariamente grande el amor que Jesús nos tuvo en su encarnación y en su nacimiento, durante su vida y predicación, y particularmente en su pasión y muerte. Y como la sede del amor es el corazón, por eso se venera el Sagrado Corazón, como el término que sirvió de horno de este inconmensurable amor. Este culto al Sacratísimo Corazón de Jesús, esto es, al amor que Jesús nos demostró, existió en todos los tiempos y siempre; pero no siempre hubo una fiesta establecida a propósito, para venerarlo. En la plática del domingo por la tarde escucharéis cómo Jesús se apareció a la beata Margarita de Alacoque y le manifestó los muchos bienes que recibirían los hombres, honrando con un culto especial a su amabilísimo Corazón, y cómo se estableció la fiesta. Animémonos ya y haga cada cual todo lo posible para corresponder al gran amor que Jesús nos ha tenido.

Esta explicación sencilla revela no solo el conocimiento de Don Bosco sobre los escritos sobre el Corazón de Jesús, sino su opción siempre por el amor, por ese amor que nace de su relación profunda con Dios y que lo lleva a irse configurando con la mentalidad y sentimientos de Jesucristo.

También se revela su profundo sentido eclesial. En ese mismo mes habrían fechas importantes: el aniversario de la revelación hecha por el Sagrado Corazón de Jesús a santa Margarita de Alacoque, el aniversario del Pontificado de Pío IX y, además, el Oratorio se unió a la Iglesia universal con el acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús.
Primero explicó don Miguel Rúa desde el púlpito el significado y el valor de aquel homenaje; después leyó la fórmula, que los jóvenes fueron repitiendo en alta voz.  La  bendición  fue  precedida por un solemne Te Deum en acción de  gracias a Dios  por haber deparado  a la Iglesia un Pontífice de tanta valía.

A raíz de este acontecimiento, Don Bosco le sugirió a don Juan Bonetti que escribiera un opúsculo sobre el Sagrado Corazón de Jesús:

Bonetti accedió y escribió, para las Lecturas Católicas del mes de junio, el opúsculo El Corazón de Jesús en el segundo centenario de su revelación, que fue el cuarto volumen del año. Allí expone los motivos por los que se debe amar y honrar al Sagrado Corazón de Jesús; y después recuerda el origen, las vicisitudes, la propagación y finalidad de esta devoción.

Podemos constatar, entonces, que la devoción al Corazón de Jesús en Don Bosco era vital y la propagaba según las líneas eclesiales de su época. Pero no se limitó a una celebración del culto ni a una divulgación de la devoción por medio de los escritos, sino que, además, como hombre práctico que era, lo llevó también a plasmarlo en obras concretas.
Momento para la reflexión Personal o Comunitaria.

Las Doce Promesas del Sagrado Corazón
En mayo de 1673, el Corazón de Jesús le dio a Santa Margarita María para aquellas almas devotas a su Corazón las siguientes promesas:
* Les daré todas las gracias necesarias para su estado de vida.
* Les daré paz a sus familias.
* Las consolaré en todas sus penas.
* Seré su refugio durante la vida y sobre todo a la hora de la muerte.
* Derramaré abundantes bendiciones en todas sus empresas.
* Los pecadores encontrarán en mi Corazón un océano de misericordia.
* Las almas tibias se volverán fervorosas.
* Las almas fervorosas harán rápidos progresos en la perfección.
* Bendeciré las casas donde mi imagen sea expuesta y venerada.
* Otorgaré a aquellos que se ocupan de la salvación de las almas el don de mover los corazones más endurecidos.
* Grabaré para siempre en mi Corazón los nombres de aquellos que propaguen esta devoción.
* Yo te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos aquellos que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final: No morirán en desgracia mía, ni sin recibir sus Sacramentos, y mi Corazón divino será su refugio en aquél último momento.

Ave María:
Dios te salve María llena eres de gracia el Señor está contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén.

ORACIÓN FINAL:


Señor Jesucristo, arrodillados a tus pies,
renovamos alegremente la Consagración
de nuestra familia a tu Divino Corazón.
Sé, hoy y siempre, nuestro Guía,
el Jefe protector de nuestro hogar,
el Rey y Centro de nuestros corazones.

Bendice a nuestra familia, nuestra casa,
a nuestros vecinos, parientes y amigos.
Ayúdanos a cumplir fielmente nuestros deberes,
y participa de nuestras alegrías y angustias,
de nuestras esperanzas y dudas, de nuestro trabajo
y de nuestras diversiones.

Danos fuerza, Señor, para que carguemos
 nuestra cruz de cada día
y sepamos ofrecer todos nuestros actos,
 junto con tu sacrificio, al Padre.

Que la justicia, la fraternidad, el perdón
y la misericordia estén presentes
en nuestro hogar y en nuestras comunidades.
Queremos ser instrumentos de paz y de vida.

Que nuestro amor a tu Corazón compense,
de alguna manera, la frialdad y la indiferencia,
la ingratitud y la falta de amor
de quienes no te conocen,
te desprecian o rechazan.

Sagrado Corazón de Jesús, tenemos confianza en Ti.
Confianza profunda, ilimitada